China ha estado luchando contra la propagación de la variante Delta, considerada altamente contagiosa desde el 20 de julio, cuando se descubrió un grupo de infecciones por COVID-19 entre los limpiadores de aeropuertos en la ciudad oriental de Nanjing.
Desde entonces, se ha convertido en la peor ola que China ha visto desde 2020, extendiéndose a más de la mitad de las 31 provincias del país e infectando a más de mil 200 personas. Los crecientes casos liderados por Delta se consideran el mayor desafío para la dura política de tolerancia cero de China sobre el virus.
Las autoridades locales respondieron con un bloqueo riguroso de decenas de millones de residentes, lanzando campañas de prueba y seguimiento a gran escala y restringiendo los viajes nacionales, según con la información de CNN.
Este lunes 23 de agosto, el país reportó 21 casos importados y ninguna infección asintomática de transmisión local, la primera vez que no se registran casos locales desde el 16 de julio. También informó de 16 casos asintomáticos, todos incluidos los importados, según el National Health Commission (NHC).
Los investigadores de Oxford examinaron muestras de más de 700 mil participantes entre diciembre de 2020 y agosto de 2021. https://t.co/ln9yvjRL9i
— ViBE TV (@ViBETVmx) August 22, 2021
China mantiene un recuento separado de casos asintomáticos y sintomáticos y no incluye a los portadores de virus asintomáticos en el recuento oficial de casos confirmados. Si esta tendencia continúa, la nación podría convertirse en el primer país del mundo en controlar un brote importante de la variante Delta.
Cero casos en China
China es uno de varios países, incluidos Singapur, Australia y Nueva Zelanda, que han intentado erradicar completamente el COVID-19 dentro de sus fronteras.
Las autoridades cerraron los límites fronterizos a casi todos los extranjeros, impusieron cuarentenas estrictas a las llegadas e iniciaron cierres selectivos y políticas estrictas de prueba y trazabilidad para tomar medidas enérgicas en todos los casos que traspasaron las defensas. Y durante más de un año, estas medidas han tenido un gran éxito en mantener los casos cerca de cero.
Pero los nuevos brotes provocados por Delta están impulsando a algunos países a reconsiderar su enfoque. En Australia, varias ciudades importantes, incluidas Sídney, Melbourne y la capital Canberra, han estado cerradas durante semanas, pero los casos han seguido aumentando.
El pasado sábado 21 de agosto, el país registró la mayor cantidad de casos en un sólo día desde que comenzó la epidemia, mientras miles de personas salieron a las calles para protestar por los prolongados cierres.
#China🇨🇳 desde hace varias semanas vive un rebrote de los casos por #COVID19 debido a la variante #delta. Este lunes, el país asiático no registró ningún contagio local por primera vez en un mes, según las estadísticas de las autoridades locales. #N4V pic.twitter.com/iuB2JuPyyt
— Noticias 4Visión (@noticias4vision) August 23, 2021
Singapur también ha desarrollado una hoja de ruta para pasar a la “nueva normalidad” para vivir con el virus de SARS-CoV-2. Mientras tanto, China parece estar firmemente comprometida con su enfoque de no proliferación del coronavirus, según la cadena estatal CCTV. Advirtiendo el día de hoy que la pandemia aún no ha terminado y que la gente no debe ignorar la prevención de la enfermedad.
El estado también ha seguido intensificando su campaña de vacunación. Hasta el domingo, según el NHC, ha administrado más de 194 mil millones de dosis de vacunas contra el nuevo coronavirus producidas a nivel nacional; más de 135 dosis se administraron a 100 personas, lo que es más alto que en el Reino Unido y en Estados Unidos.
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