Al convivir con niñas y niños ya sea como madres, padres, tutores, maestros, tías, etcétera siempre llega el momento en que nos preguntamos cómo hablar de temas delicados con ellos, por ejemplo el abuso infantil.
El abuso sexual infantil es un gran problema que muchas veces se vuelve invisible por la vulnerabilidad de los niños y el poder ejercido por los abusadores, que en muchas ocasiones forman parte de los vínculos sociales de las y los menores. Es entonces cuando esta situación se vuelve cada vez más turbia, porque resulta cada vez más complicado tener que tratar el tema con los más pequeños.
Una vez que las niñas y niños comienzan a ir a la escuela o a desenvolverse fuera de su entorno familiar es cuando se debe estar más alerta, esto no quiere decir que dentro de la casa no ocurran abusos infantiles; sin embargo por obviedad es allí donde se debe estar pendiente desde el nacimiento de un bebé.
Profesionistas dedicados a la psicología han puesto hincapié en la manera de abordar el abuso sexual con los niños, de manera que puedan entender y prevenir cualquier circunstancia de esta índole.
Por ejemplo, Margarita García quien es especialista en temas de abuso, además de ser fundadora de la Asociación para la Sanación y la Prevención del Abuso Sexual Infantil (AspaSi) ha hablado y presentado estrategias para introducir a los niños y niñas en este delicado tema.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor del 20% de las mujeres y del 5 al 10% de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales durante la infancia. Lo peor es que el 80% de los mismos son silenciados haberse realizado dentro del entorno familiar. El padecer maltrato y abuso infantil se vuelve más frecuente entre los 3 y 7 años de edad, donde las más afectadas son generalmente niñas.
Pero, después de estas cifras cuándo es recomendable hablar con los y las niñas sobre abuso infantil:
La respuesta te sorprenderá, pues una vez que los niños comienzan a dejar el pañal y a aprender conceptos y palabras es el momento exacto de llamar las partes del cuerpo por su nombre, establecer su significado, llevará al infante a que active su capacidad de autoconocimiento.
Una vez aprendido los nombres que componen sus cuerpo, es importante empezar a explicarles que cada zona les pertenece sólo a ellos, que nadie puede tocar las zonas íntimas, la vagina y el pene por ejemplo.
Para lograr esto es sumamente relevante fortalecer la comunicación con ellos, esta debe tener un tono natural, fluido y sin tantas vueltas. Los y las niñas no deben captar la dificultad que resulta hablar de este tema.
Por eso, es bueno hacer ejercicios con charlas de cualquier tipo, donde puedan expresarse y sentir confianza, pues de eso dependerá que se sientan apoyados en todo momento y que si llegan a ver anomalías con alguna persona, lo cuenten de inmediato.
El propósito de esto es que puedan expresar con sus propias palabras lo que les ocurre y sabrán que siempre serán escuchados, así que nunca se debe minimizar ningún tema por más sencillo que parezca, de la atención que prestas dependerá que en un futuro pueda decir todo. Además eso ayuda a fortalecer su inteligencia emocional, que le permitirá salirse de situaciones en riesgo y actuar rápido si se sienten incómodos (as) con alguien en particular.
“Tenemos que educar y formar a nuestros hijos y confiar en ellos, porque la mayoría de la gente es buena, los abusadores son muy pocos. Si nosotros hemos enseñado a los niños, si hay una buena educación emocional, si hay una buena comunicación con ellos y son emocionalmente sanos”, comenta Margarita García.
Además es importante comentarle a los pequeños que no importa qué lo que tengan que contar, uno siempre estará para creerles y apoyarlos, pues debemos considerar que los abusos infantiles pueden venir de cualquier persona. Así que por mucha confianza que exista entre seres cercanos, se debe puntualizar que si no se sienten a gusto por ejemplo saludan a alguien, no lo deben hacer.
Así pues, la comunicación es un proceso fundamental para que los niños sientan confianza y puedan identificar cuando se encuentran en peligro.
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