Paul Farthing, el dueño de un refugio de animales no dejará Afganistán sin sus perros

Paul Farthing, exmilitar de Reino Unido, después de regresar de Afganistán, fundó su Nowzad.

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Paul Farthing
Foto: @penfarthing / Instagram

Lo que más le preocupa es el destino de sus 186 perros y gatos y los veterinarios que los cuidan en el refugio abierto en Kabul hace unos quince años. Por ello, Paul Farthing, veterano de guerra de Reino Unido que, tras regresar de la misión en Afganistán fundó la asociación Nowzad para salvar a perros callejeros, no dudó en volver a ponerle cara y salir inmediatamente al campo tras la reconquista del país por los talibanes, según El Confidencial.

Paul Farthing ha lanzado Operation Ark y el objetivo es doble: recaudar 200 mil libras para alquilar un cargamento y trasladar a los perros y gatos evacuados del refugio a Europa y bombardear, con mensajes y tuits, a las instituciones que en estos días están tomando decisiones fundamentales para el futuro de todos los que se quedan en Afganistán o que quieren huir a otros países.

“Los talibanes han demostrado que no se preocupan por los seres humanos, y mucho menos por el bienestar de los animales”, escribió en su página de Facebook.

Agregó que el problema es que las mujeres trabajan en su refugio. Él es ciudadano británico y puede irse a casa, pero su personal femenino no tiene ningún lugar adonde ir. Por lo que se siente aterrorizado por su futuro.

El refugio de Kabul

El refugio de la capital afgana atiende a 140 perros, 60 gatos, 12 burros, dos caballos, una cabra y un toro. El personal que trabaja allí está compuesto por 24 operadores, la mayoría son mujeres que realizan importantes labores como operadoras de animales y veterinarias.

Son ellas, quienes tras la llegada de los talibanes, están en mayor peligro por haber colaborado con estadounidenses y aliados y por haber ejercido un trabajo “público”, en contacto con hombres y mujeres por igual.

El exmilitar y su encuentro con perros en Afganistán

Paul Farthing llegó con el ejército británico en 2006. Los militares tardaron poco en darse cuenta de que, además de los humanos, incluso los animales tenían que valerse por sí mismos. Los perros callejeros eran rampantes e incluso imperaba la violencia entre perros y gatos callejeros.

Fue precisamente cuando Farthing intervino para detener una pelea de perros clandestina en la provincia de Helmand cuando se encontró con uno callejero que estaba siendo explotado para pelear.

Nunca se separó de él y lo llamó Nowzad, llevándolo con él para regresar a casa, pero el interés por esos infortunados animales no paró con el regreso y lo llevó a fundar un refugio en Kabul y a trabajar para reunir a más de mil 600 soldados que ayudaran en el refugio.

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