¿Cómo puedo ayudar a alguien que sufre de ataques de ansiedad?

La ansiedad es una condición que puede cerrar a la persona a las relaciones sociales. Para los seres queridos, esto puede ser un verdadero desafío diario.

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Ataque de ansiedad
Foto: Pexels

Estar cerca de un familiar o un ser querido que sufre de trastorno de pánico y/o ansiedad no siempre es fácil, ya que muchas veces uno se siente impotente e incapaz de ayudar y mejorar la situación. En particular, el momento en el que aparece el ataque, este puede convertirse en una situación compleja si no se sabe muy bien cómo comportarse.

Cuando ocurre un ataque de ansiedad o de pánico, primero debes recordar que para asistir a tu ser querido necesitas adoptar una ayuda personalizada adaptada a las necesidades del momento de la persona, sus características y las solicitudes que puedan surgir en esas actas. La idea general es estar con la persona de una manera amable y tranquila, teniendo en cuenta que el principal elemento a velar siempre es su seguridad.

Asesoramiento experto en ataques de ansiedad y de pánico

Asistir a una persona que sufre alguno de estos ataques no es algo que se deje al azar y la improvisación, si se quiere evitar complicar aún más la situación. Aquí hay algunos consejos para manejar mejor al momento de estos episodios, cuando ocurre en la persona que está a nuestro lado:

  • Usa un tono tranquilizador: Es importante no hacer que la persona que sufre el ataque se sienta juzgada y asegúrate de hacerle saber que no hay nada malo o vergonzoso en lo que le está sucediendo.
  • Evita frases que puedan agravar la situación: por ejemplo, “está todo en tu cabeza” o “estás exagerando”. En su lugar, hay que intentar que la persona se sienta comprendida y segura, sin culparla ni acusarla.
  • Establece empatía: Es muy importante que una persona que experimenta un ataque de ansiedad se sienta comprendida. Para ello tienes que intentar ponerte en su lugar lo más posible y tratar de entender lo que está sintiendo, diciéndole frases como: “Sé que es duro, te sientes muy mal, esperemos juntos a que pase”.
  • Pregunta a la persona cómo le gustaría que nos comportemos: No debemos imponer nuestra propia forma de hacer, sino comportarnos de acuerdo con las necesidades de la persona que sufre. Por eso, es importante preguntar directamente cómo quiere que nos comportemos. Por ejemplo, podemos preguntar: “¿Puedo abrazarte?”, “¿Puedo darte la mano?”, “¿Quieres dar un paseo?”.
  • Evita la presión: No insistas en intentar comprender la causa del ataque o interpretarlo, ya que esto crearía aún más confusión en la persona.
  • Regula la respiración: A menudo, aquellos que están teniendo un ataque tienen una tendencia a tomar respiraciones rápidas y breves con el riesgo de hiperventilar o incluso no respirar en absoluto. La hiperventilación y la taquicardia corren el riesgo de asustar aún más a la persona y, por ello, recordarle que reduzca la velocidad y controle su respiración puede ser útil para calmarla. Intentar pedirles que cuenten por dentro y por fuera, quizás respirando y contando juntos, también puede ser útil.
  • Regular la temperatura corporal: A veces, durante un ataque de ansiedad, la persona puede sentir mucho calor o frío. Para ello, puede resultar útil proponerle refrescarse o envolverse en una manta, según la necesidad, el momento o el lugar donde nos encontremos.
  • Esperen juntos a que pase: Un ataque de ansiedad suele durar unos minutos, aunque para la persona que lo experimenta nunca parece pasar. Incluso después de que haya pasado la fase aguda del ataque, permanecer con la persona hasta que se sienta completamente mejor es útil para demostrar su cercanía y hacer que se sienta segura.
  • Evita discusiones: En situaciones, la persona que está teniendo un ataque puede ser grosera e irritable, puede tratar de alejar a quienes la están ayudando u ofendiendo. Sin embargo, en estos casos debemos evitar desencadenar una discusión y debemos tratar de seguir mostrando comprensión, otorgando el espacio requerido teniendo en cuenta que cuando no estás bien puede pasar que todos se pongan irritables.
  • Comunícate con un especialista: Este es el primer paso para ayudar a una persona que sufre de trastorno de pánico, ya que sólo un experto puede identificar la mejor terapia para manejar el problema. También en este caso, la sugerencia debe colocarse lo más amablemente posible, por ejemplo con frases como: “le puede pasar a todo el mundo, tal vez me pase a mí también y pediré ayuda a un especialista, ¿qué dices? ¿Vamos a buscarlo juntos o quieres que te acompañe?”.

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