Atrás quedaron los días de escritura, los cuales pasábamos las tardes escribiendo todo lo que nos pasaba en nuestro diario, pero, ¿por qué nos detuvimos? ¿Por qué ya no enviamos bonitas postales a la abuela o a nuestros amigos? La era digital ha primado sobre nuestros pequeños hábitos de infancia. Salvo que con lo que estamos viviendo estos últimos años, ya no hay excusas como “no tengo tiempo”.
La escritura en los tiempos del Internet
Es muy entretenido pasar horas en redes sociales y ver un poco lo que hacen tus seguidores. Excepto que de vez en cuando necesitamos un poco de tiempo para nosotros mismos. Es hora de hacer un balance con los propios pensamientos.
Entonces, en lugar de hablar, intenta poner todo lo que piensas y sientes en papel. ¿No recuerdas esa agradable sensación de escribir o recibir notas/cartas en medio de la clase? Es cierto que hoy en día es más común enviar un SMS o un simple emoji para expresar un sentimiento.
Triste que ya no podamos poner palabras reales a nuestras angustias, nuestra tristeza o por el contrario nuestra alegría, ahora lo expresamos con caritas sonriendo o llorando.
Cuando envías un mensaje a través de Whatsapp, Messenger o cualquier otro chat en línea, esperas que lo lean. Esperar nos pone ansiosos, nos vuelve impacientes. Esperamos una respuesta en el momento y, en última instancia, es una especie de gratificación poco saludable.
En un mundo que va a cien kilómetros por hora, hemos plasmado en el papel sentimientos que, por supuesto, son los mismos que hubiésemos enviado por SMS, pero que aquí son más fuertes y profundos, sin artificios. Ahí está toda la esencia, toda la belleza de una carta y su caligrafía.
Libérate de la carga emocional
Se han realizado muchos estudios sobre el tema y el resultado es claro: escribir ya sea en un diario, o en una carta que se enviará o no, proporciona una sensación de plenitud. En los Estados Unidos, los investigadores incluso han notado que la escritura expresiva disminuye en pacientes con dolor físico y fatiga.
También tiene un efecto positivo sobre la presión arterial y el ritmo cardíaco, especialmente para las personas deprimidas. Poner palabras a las dolencias, escribir lo que sentían, relatar hechos traumáticos les permitió mejorar mucho.
Escribir también te permite dar un paso atrás del estrés de la vida cotidiana para liberarte de los pensamientos negativos que te invaden y, por lo tanto, de la ansiedad. Tiende a hacernos más optimistas. Escribir tus pensamientos y sentimientos te permite poner palabras concretas a tus problemas personales, tener una mejor comprensión de ti mismo, mostrar introspección y cuestionamiento interior.
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