Existen ciertos factores que influyen y promueven la violencia hacia aquellas personas trabajadoras sexuales, entre los más comunes se encuentra la estigmatización asociada al trabajo sexual, de acuerdo con el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).
En Seattle, Estados Unidos se registraron un total de 43 asesinatos cometidos en contra de quienes se dedicaban al trabajo sexual entre 1982 y 2003, el autor intelectual de estas muertes fue Gary Leon Ridgway, mejor conocido como “El Asesino de Green River”. A causa de estos feminicidios, se conmemora cada 17 de diciembre el Día Internacional para poner fin a la violencia contra las trabajadoras sexuales.
América Latina y el Caribe son considerados por Amnistía Internacional (AI) como los lugares con altos niveles de violencia de género, el cual aumenta para aquellas personas que se dedican al trabajo sexual. Así mismo, la cantidad de abusos, sobre todo en manos de funcionarios estatales, se suman a la discriminación y a la falta del acceso a la justicia, tal como lo decribe Códice Informativo.
Para aquellos y aquellas quienes se dedican al trabajo sexual, son considerados como uno de los grupos más expuestos en sufrir una serie de abusos contra los derechos humanos entre los que destacan: la violación, violencia, extorsión y discriminación.
Existen factores que influyen y promueven la violencia hacia las personas trabajadoras sexuales, una de las cosas que predomina es la estigmatización asociada al trabajo sexual, según con el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).
“Criminalizado en la mayoría de los entornos, así como la discriminación basada en el género, la pertenencia étnico-racial, el estado serológico, el consumo de sustancias y otros factores”, detalló en su pronunciación este viernes 17 de diciembre.
Agregó que se deben de reconocer las formas de violencia que viven las trabajadoras sexuales, entre las que se encuentran: la extorsión económica, negarles o privarles de alimentos u otros artículos esenciales, detenciones arbitrarias, sometimiento a registros corporales invasivos o arrestos por parte de la policía.
Por otro lado, el arresto o encarcelamiento en centros de detención y de rehabilitación de manera arbitraria y sin el debido proceso, negarles o privar el acceso a los servicios de salud, ser objeto de procedimientos de salud coercitivos, incluyendo pruebas obligatorias de VIH y ETS, la esterilización y más.
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