La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó enérgicamente la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito para detener al ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien se encontraba asilado en la sede diplomática desde 2017.
Glas, que fue vicepresidente en el gobierno del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), es objeto de dos sentencias por asociación ilícita y cohecho y blanco de una orden de captura por el delito de peculado.
La resolución, aprobada por el Consejo Permanente de la OEA con 27 votos a favor, 1 en contra (Nicaragua) y 4 abstenciones, califica la acción como una “violación flagrante” del derecho internacional y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
La OEA exigió al gobierno ecuatoriano que “respete y cumpla” las obligaciones internacionales que le corresponden en materia de protección de las misiones diplomáticas y sus funcionarios.
El gobierno de México, por su parte, condenó la “violación grave” del derecho internacional y exigió a Ecuador una “investigación exhaustiva” de los hechos.
El incidente ha generado una fuerte tensión diplomática entre ambos países
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció que retirará a su embajador de Ecuador y que no enviará a un nuevo representante hasta que no se aclare lo sucedido.
El gobierno de Ecuador ha pedido disculpas a México por el incidente y ha asegurado que se está llevando a cabo una investigación para determinar las responsabilidades.
La irrupción en la embajada mexicana ha sido condenada por la comunidad internacional. La Unión Europea, la ONU y varios países de la región han expresado su apoyo a México y han exigido al gobierno ecuatoriano que respete las normas internacionales.
El caso ha puesto de relieve la importancia de la protección de las misiones diplomáticas y sus funcionarios. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas establece que las embajadas son territorio inviolable y que los Estados tienen la obligación de protegerlas.
La violación de esta norma puede tener graves consecuencias para las relaciones diplomáticas entre dos países.
Es importante que los estados tomen todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de las misiones diplomáticas y sus funcionarios.
