Mirar puede ser para algunos un acto de placer en sí mismo, el voyeurismo es una práctica en la que se siente excitación sexual observando a otras personas, sin que lo sepan.
La palabra voyeur significa “el que ve”, viene del francés, del verbo voir (ver) y el sufijo (-eur). así que el voyeurismo está íntimamente relacionado con el acto de mirar.
Aclaremos algunos puntos aquí, si bien el voyeurista tiene una excitación sexual observando a otras personas mientras realizan alguna actividad sexual o cuando están sin ropa, no es necesario que él realice algún acto sexual después.
En casos extremos el voyeurismo puede considerarse una parafilia, incluso un trastorno. El trastorno de voyeurismo es la parafilia del voyeurismo mal dirigida.
La práctica de observar puede llevarse hasta cierto punto de una manera sana y sin ocasionar ningún tipo de problema, cuando comienza a darse como un impulso imposible de frenar o de dirigirse de forma controlada se puede hablar de un trastorno.
Si tienes este gusto por observar, no hay nada malo contigo, el deseo de observar a otras personas desnudas o teniendo relaciones sexuales es más común de lo que se piensa.
El peligro está en dejar que esta práctica se convierta en algo patológico y que comience a causarte vergüenza, sentimientos negativos o problemas psicológicos o emocionales.
Características del trastorno voyeurista:
- Sentimientos de angustia por haber perdido el control y por ceder ante sus impulsos.
- Presencia del problema por 6 meses o más.
- Desviación del objeto de placer sexual, el voyeurismo puede convertirse en el método preferido de actividad sexual, llegando a estar horas y horas espiando.
- Aislamiento del entorno y pueden existir relaciones conflictivas con los otros.
- Aumento de la presión cardiaca, sudoración y ansiedad cuando aparecen los estímulos.
- Perdida del interés sexual genital porque lo único que le produce placer es ver.
- Conductas que transgreden las normas sociales y la dignidad del otro, perversión.
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