Según los resultados de una investigación hecha por la University College London se ha probado que el ADN de los virus como el del COVID-19 se propaga con suma facilidad en una habitación de hospital. En tan solo diez horas, se hallaron restos en casi la mitad de todos los sitios muestreados y el agente contaminante duró al menos cinco días posteriores al último contacto con enfermos del virus.
Publicado como una carta en el Journal of Hospital Infection, el estudio tenía como objetivo simular de manera segura cómo el SARS-CoV-2 puede propagarse por las superficies de un hospital. Por ello, en lugar de usar el nuevo coronavirus, los investigadores replicaron artificialmente una sección de ADN de un virus que infecta a las plantas, que no afecta a los humanos, y lo agregaron a un mililitro de agua en una concentración similar a las copias de SARS-CoV-2 encontradas en muestras respiratorias de los enfermos de coronavirus.
Congratulations to Professor Sir Roger Penrose, a @UCLAlumni and UCL Honorary Fellow who, along with Professors Reinhard Genzel & Andrea Ghez, has been awarded the 2020 #NobelPrize in Physics for work improving our understanding of black holes https://t.co/fttYwd0Ebc pic.twitter.com/No0ALQm7kT
— UCL News (@uclnews) October 6, 2020
Una advertencia del estudio es que, si bien muestra la rapidez con que un virus puede propagarse si se deja en la superficie, no puede determinar la probabilidad de que una persona se infecte. Sin embargo, si tomamos en cuenta que hay otros fluidos, como mucosidades, que también portan el virus y son más resistentes, el contagio de las zonas puede durar aún más tiempo del probado con la solución acuosa de esta investigación.
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“Las personas pueden infectarse con Covid-19 a través de las gotas respiratorias producidas al toser o estornudar. Igualmente, si estas gotas aterrizan en una superficie, una persona puede infectarse después de entrar en contacto con la superficie y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca. Al igual que el SARS-CoV-2, el sustituto que utilizamos para el estudio podría eliminarse con una toallita desinfectante o lavándose las manos con agua y jabón. La limpieza y el lavado de manos representan nuestra primera línea de defensa contra el virus y este estudio es un recordatorio significativo que los trabajadores de la salud y todos los visitantes a un entorno clínico pueden ayudar a detener su propagación mediante la estricta higiene de las manos, la limpieza de las superficies y el uso adecuado del equipo de protección personal”, se lee en el estudio.