En la era actual, la igualdad de género es un objetivo fundamental en la sociedad. Sin embargo, persisten desafíos en este camino hacia la equidad, uno de los cuales es el llamado “suelo pegajoso”. Este término hace referencia a las responsabilidades domésticas y familiares que tradicionalmente se han asignado a las mujeres. En México, este fenómeno sigue siendo una realidad que requiere atención y cambios significativos.
El suelo pegajoso es una metáfora que describe cómo muchas mujeres se sienten atrapadas en las tareas del hogar y el cuidado de la familia, incluso cuando trabajan fuera de casa. A pesar de los avances en la participación de las mujeres en la fuerza laboral, las estadísticas revelan que siguen asumiendo una carga desproporcionada de las tareas domésticas.
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Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres en México destinan en promedio 4.6 horas al día a actividades domésticas, mientras que los hombres dedican solo 2.4 horas. Esto crea una brecha significativa en la distribución de las responsabilidades del hogar.
El suelo pegajoso tiene consecuencias tanto a nivel social como personal. A nivel social, perpetúa estereotipos de género y limita las oportunidades de las mujeres en el ámbito laboral y educativo. A nivel personal, puede generar estrés, agotamiento y desigualdad en las relaciones familiares.
Combatir el suelo pegajoso requiere una combinación de medidas, incluida una mayor concienciación sobre los roles de género y la promoción de la igualdad en el hogar y en la sociedad en general. La educación desempeña un papel crucial en este proceso, ya que puede ayudar a cambiar las percepciones y comportamientos arraigados.
En México, se han implementado políticas y programas para abordar este problema. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Es necesario promover la igualdad de género en todas las áreas de la sociedad y garantizar que las mujeres tengan igualdad de oportunidades en el ámbito laboral y familiar.
El suelo pegajoso es un desafío que afecta a muchas mujeres en México y en todo el mundo. Para lograr la igualdad de género, es fundamental reconocer y abordar este problema, promoviendo una distribución equitativa de las responsabilidades domésticas y familiares. Solo a través de la educación, la concienciación y el cambio de actitudes se puede superar el suelo pegajoso y avanzar hacia una sociedad más igualitaria.
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