Se dice que la música es alimento que nutre al alma, provoca emociones: alegría, llanto, nostalgia. Las melodías de una canción hacen que nuestros sentidos se activen. ¿Qué hay detrás de quienes componen o ejecutan música de manera profesional o por afición?
Debido a la pandemia de COVID-19, las plataformas digitales se han convertido en un medio para continuar la actividad musical, sin embargo, “la remuneración no es igual para todos”, indica José Wolffer, pianista y director General de Música de la UNAM.
Cada 22 de noviembre se festeja el Día Internacional del Músico, fecha que conmemora la muerte de Santa Cecilia personaje mártir del cristianismo y patrona de los músicos.
Músicos afrontando el confinamiento
Hoy en día, los músicos buscan alternativas para sobrevivir y mantenerse vigentes en el gusto de su público, a través de los medios electrónicos y las diferentes tecnologías digitales, a la distancia, pero con la fortaleza para superar los retos.
“Aun cuando la pandemia y sus consecuencias limitaron las ejecuciones presenciales de música, esta manifestación artística está presente de una manera preponderante durante estos meses como una forma de afrontar el confinamiento y conectarse con otras personas”, dijo Wolffer.
Escenarios virtuales llegaron para quedarse
A propósito del Día Internacional del Músico, el fundador del Festival Radar y Festival de México, aseguró que ha quedado claro el alcance que tiene la música y cómo ha encontrado nuevos mecanismos y caminos para conservar el vínculo con los públicos.
“Esos escenarios, aunque sean virtuales y que difunden la actividad de los artistas, como lo hacemos con la Orquesta Filarmónica de la UNAM, (OFUNAM), es algo que llegó para quedarse que si bien ya estaba presente hasta cierto punto, se ha intensificado notabilísimamente en estos meses”, indicó.
“No se vive de la música”
Para José Luis Paredes Pacho, baterista y director del Museo Universitario del Chopo, no es posible vivir de la música económicamente, a menos que seas un ejecutante ya reconocido.
“Pero incluso ya con esa característica, las plataformas corporativas pagan muy mal; te va bien si eres connotado y tienes mucha visibilidad pero si no, es difícil como músico profesional o amateur, obtener notoriedad en tu trabajo”, indicó.
El también exdirector de la Casa del Lago “Juan José Arreola” y exbaterista del grupo Maldita Vecindad, lamentó la situación tan desfavorable en esta coyuntura de confinamiento. El contrabajista Roberto Aymes, conductor del programa “Panorama del Jazz” en Radio UNAM, indicó que para los músicos concertistas independientes la situación es crítica.
“Además de nosotros, la música popular, y quienes se desempeñan en fiestas, centros y bares han estado lastimadísimos, pero si pusiéramos un tabulador de actividades musicales, el menos apoyado es el jazz, se ha subestimado y despreciado este género, por eso no existe ni siquiera una representación internacional de nuestro jazz, porque no se apoya”, comentó Aymes.
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Música tiene que ser pagada
Hay quienes piensan que la cultura ni siquiera debe ser pagada: “los que vivimos de esto tenemos que vivir. Una persona que hace arte, debería ganar lo mismo porque es una profesión, ganar lo mismo que un médico, arquitecto, ingeniero o bioquímico”, comentó José Wolffer.
¿Cuántos músicos hay en México?
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, en 2014 -el conteo más reciente en el que se incluyó a las personas que se dedican a esta actividad-, la población ocupada como músico en México correspondió a poco más de 126 mil personas; es decir, existe en promedio un músico por cada mil habitantes.
Un dato importante que arrojó la encuesta es que 95 por ciento carece de acceso a instituciones de salud como prestación laboral.