Crisis de la edad: ¿por qué se da y cómo superarla?

La crisis de la edad le pasa a todo el mundo, entre los 40 y los 50 años, para advertir de comportamientos extraños. Tenemos la impresión de que el tiempo se nos va de las manos, llevándonos hacia el epílogo de la vida. Buscamos emociones extremas y soñamos con una segunda juventud.

Los cambios sentimentales, los estiramientos faciales y las compras desenfrenadas son los síntomas clásicos de la crisis de la mediana edad. Los primeros signos son sentimientos de ira y exclusión, que a menudo socavan las relaciones con las personas más cercanas a nosotros, la familia en primer lugar.

Precisamente en el grupo de edad entre 40 y 50 años, incluso las relaciones “probadas” pueden entrar en crisis. La infidelidad de la pareja así como la intolerancia hacia la rutina familiar son las principales causas.

Síntomas de la crisis de la edad

La consecuencia más grave de la crisis de la mediana edad es la depresión. Una crisis existencial que provoca desconcierto, desconfianza y miedo y no es casualidad que se produzca en esta etapa de la vida.

Un grupo de investigación, que involucró a varias universidades anglosajonas, reveló que de una muestra de miles de personas entre veinte y setenta años, la felicidad caracteriza a jóvenes y ancianos.

En el primer caso, estás más feliz porque hay tantas expectativas. En el segundo, sin embargo, uno es feliz porque es posible disfrutar de los frutos de su trabajo. El estudio se centró en los grupos de edad intermedia, entre la juventud y la vejez, que son más propensos a la depresión. Las razones son variadas: desde un trabajo insatisfactorio hasta la disminución de la fuerza física.

Cómo abordar la crisis de la edad

Según un estudio realizado por la Universidad de Greenwich en 900 personas, entre hombres y mujeres, la crisis de la edad a menudo se asocia con un aumento de la curiosidad por los demás y el mundo.

Una apertura a nuevos estímulos y actividades que nunca hemos realizado. Todo aquello que favorece el desarrollo interior, superando el desconcierto de la mediana edad. Entonces, para afrontar este período de la vida, podemos seguir unos sencillos pasos con toda serenidad:

• Reconoce la crisis: Es el primer paso para superarlo recuperando la serenidad. Los sentimientos de ansiedad y frustración deben considerarse y no evitarse. Esto nos ayudará a no socavarnos a nosotros mismos ni a nuestras relaciones con los demás.
• No te aísles: Retraerse en uno mismo es la peor forma de reconocer la crisis de la edad. Hablar de ello con los demás, especialmente con los compañeros, puede ayudarnos a tomar conciencia de la situación y animarnos a reaccionar.
• Sé curiosa/o: Descubrir nuevos intereses y recuperar pasiones largamente abandonadas nos ayuda a afrontar abiertamente la crisis de la mediana edad. No es necesario ir a una carrera de motos para superar este período sino para redescubrir nuestra curiosidad hacia el mundo que nos rodea.
• Trabaja en ti: La crisis de la mediana edad nos impulsa a comprender cuáles son realmente nuestras prioridades. Dejamos de lado las cosas inútiles que nos quitan tiempo y energía y aprendemos a reconocer nuestras limitaciones.
• Toma tu tiempo: Reduzcamos el ritmo de vida y hagamos los espacios necesarios. Apagar el celular y rechazar proyectos demasiado ambiciosos nos ayuda a reducir la ansiedad y a salir del círculo vicioso del estrés. Un paso importante para dedicarnos a nuevas actividades que puedan estimular nuestra curiosidad.
• Elimina los arrepentimientos: Sobrestimar la juventud, lamentar la juventud de esos años es de poca utilidad. De hecho, con el tiempo mejoramos diversas habilidades, como las verbales y las matemáticas. Además, gracias a un estilo de vida saludable es posible mantener un buen rendimiento físico y cognitivo, a pesar del paso de los años.

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