El obispo Tomé Ferreira da Silva dimitió de su cargo ante la Diócesis de Sao José do Río Preto, así lo informó el pasado miércoles 19 de agosto la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en portugués). Como informó oficialmente la CNBB, el Papa Francisco aceptó su renuncia y en su lugar nombró al arzobispo Ribeirão Preto, Moacir Silva.
En el breve comunicado de prensa de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil no proporcionó detalles de la renuncia, pero esto se compartió después de que el video sexual de Ferreira se hiciera público en las redes sociales la semana pasada.
Las imágenes del obispo brasileño causaron impacto, especialmente porque en la grabación se podía ver al clérigo semidesnudo, acariciando sus partes íntimas mientras mantenía una conversación virtual con otra persona.
Después de la filtración del video, Ferreira admitió que las imágenes le pertenecían, pero se negó a comentar sobre el contenido de la grabación. En el informe del medio de comunicación llamado Diário da Região de São José do Rio Preto, se señala que la persona que se encontraba al otro lado de la pantalla era un hombre.
El Papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Tomé Ferreira da Silva, Obispo de São José do Rio Preto en Brasil, tras la filtración de video en redes sociales. @bispadorp Vía @WSanchezSilva https://t.co/1DZoz5MWiA
— ACI Prensa (@aciprensa) August 18, 2021
¿Quién es Tomé Ferreira?
Ferreira, de 60 años, fue nombrado obispo por el Papa Benedicto XVI en 2012. Esta no es la primera vez que se ve involucrado en un escándalo sexual. Como precedente, en septiembre de 2018, cuando se desempeñaba como coordinador regional de la Arquidiócesis de Ribeirão Preto, que estaba asociada con la CNBB, fue investigado por presuntamente desaparecer algunos casos de abuso sexual por parte de sacerdotes.
Según Veja, también se investigó si el propio obispo intercambió información íntima con un adolescente. En esa reunión, el obispo dimitió del cargo y fue responsable de la gestión de los obispos de Barretos, Catanduva, Jales, Votuporanga y Río Preto.
La investigación en ese momento fue encomendada al obispo de la Diócesis de Santo Amaro, José Negri, quien era amigo personal del Papa Francisco.
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