Hace cientos de años, un escultor argentino materializó en forma de una obra, Perseo con la cabeza de Medusa, la historia dentro de la mitología griega sobre mujer violada y asesinada por Perseo. No obstante, fue hace cerca de una década que el artista argentino Luciano Garbati decidió resignificar esta obra de arte.
Poco más de una semana atrás, la estatura de Garbati, Medusa argentina, fue puesta frente a los tribunales de Nueva York en los que Harvey Weinstein fue sentenciado a 23 años de prisión por delitos de violación y abuso sexual. Desde entonces, la imagen y la catarsis que se ha generado alrededor de ella ha sido impresionante.
La historia de Medusa y Perseo se remonta a mediados del siglo XVI, años en los que fue creada la pieza original por el artista italiano Benvenuto Cellini. Este mito cuenta que el rey Polidectes, buscaba seducir a la madre de Perseo y no lo quería presente, así que le pidió que asesinara a Medusa por ser horrenda. Durante su viaje, dos hadas le entregaron una espada para que pudiera cortarle la cabeza, un saco donde pudiera guardar el cuerpo y unas sandalias con alas para que pudiera volar.
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Al artista argentino le pareció un mensaje muy agresivo. Sobre todo porque esta estatua original se encuentra en la Plaza de la Señoría, Italia. “Es impresionante lo que pasó con la escultura”, expuso. Y recalcó el hecho de que Medusa con la cabeza de Perseo, de más de dos metros de altura y parte del programa Art in the Parks, esté ubicada “en una plaza rodeada de edificios donde se imparte justicia”, dijo el escultor a CNN.
Esta escultura que permaneció, según el mismo medio, guardada durante 10 años, se volvió viral cuando en medio del movimiento #MeToo, cuando Luciano Garbati compartió la imagen en Instagram.