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Fisting, la práctica sexual que puede ser dañina

El fisting lejos de ser excitante puede ser violento.

Fisting práctica sexual
Foto: Pexels

El fisting también conocida como ‘fist-fucking’ es una práctica sexual que cada vez se ha vuelto más común entre las parejas, sin embargo, realizarla podría ser contraproducente para la salud de las mujeres, y en VibeTV te contamos los detalles.

Probar nuevas técnicas sexuales no es dañino para nadie, siempre y cuando quienes participan de la relación sexual tengan claros los límites de la otra persona, así como los propios; es decir, debe haber consensos en la forma de relacionarse, además de tener presente que la salud de todas las partes es primordial.

Aunque hay prácticas que se vinculan un poco con el “sexo duro” como el sadomasoquismo, también es cierto que la mayoría de las personas que lo practican saben hasta que punto pueden generar daños en la otra persona y detenerse antes de que eso ocurra; sin embargo, existen dinámicas que pudieran parecer inofensivas, pero en realidad no lo son, como es el caso del fisting.

¿Qué es el fisting?

Esta práctica se lleva a cabo a partir de la introducción del puño en la vagina o el ano, y se puede realizar hacia uno mismo u otra persona, situación que pone en peligro la salud mental y física de quien lo recibe, ya que se trata de un movimiento que lejos de ser excitante se torna violento.

De acuerdo con expertos en sexología, el fisting resulta bastante peligroso y se relaciona con una cuestión psicológica en la que no hay límites sobre el cuerpo del otro, ni de uno mismo, ya que se sabe que es doloroso y conlleva un gran riesgo, así que practicarlo también representa el desvanecimiento del respeto y el placer sexual.

La reconocida sexóloga Valérie Tasso señala que el fisting puede vincularse con técnicas de violencia de alto nivel y que se anidan en la cultura de las personas, como la tortura, saliéndose totalmente del contexto del goce sexual.

Foto: Pexels

Consecuencias de practicar el fisting

A pesar de que la vagina puede dilatarse, tampoco se debe manipular violentamente, así existan lubricantes y que a través de la excitación se fomente mayor espacio para la penetración, eso no significa que un puño deba ingresar a ella. Por ello, practicar  fisting puede traer las siguientes consecuencias:

  • Sangrados y dolor: esto es porque tanto las mucosas vaginales como las anales son sumamente delicadas, por ello, en el momento en que entra un puño, puede provocar afectaciones en los vasos sanguíneos.
  • Contraer infecciones: estas pueden ser a través de la sangre, o bien, por la falta de higiene que puede haber en la mano.
  • Desgarros y traumatismos intestinales: tal vez en el momento de la práctica pueden ser imperceptibles e ir apareciendo conforme pasa el tiempo.

Cabe señalar que la mayoría de los sexólogos están de acuerdo en que el fisting es una práctica con más contras que pros, sin embargo, hay quienes en su afán de practicarlo se las han ingeniado a través del uso excesivo de lubricante, o bien, introducir el puño de manera paulatina, pero, ¿realmente valdrá la pena?

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