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Comer tu placenta, ¿realmente beneficia?

¿Sabes si comer la placenta tiene estudios que comprueben sus efectos en el cuerpo?

Comer la placenta
Foto: Canva

En la actualidad, comerse la placenta después de haber dado a luz se ha convertido en una práctica muy común, e incluso, se han desarrollado diferentes métodos para encapsularla y poder ingerirla junto con alimentos o como una simple pastilla. No obstante, este tratamiento aún sigue en proceso de investigación para reconocer si sus efectos son positivos realmente.

Por ello, en VibeTV te compartiremos algunos puntos que podrían demostrar que el comerse la placenta tal vez  no aportar grandes beneficios, e incluso, llegaría a ser dañino para la salud de la mamá y el bebé, en caso de que se lleve a cabo un proceso de lactancia.

¿Comer la placenta es negativo?

En realidad, esta practica tiene muy poco tiempo de realizarse, a tal punto que no se han constatado los beneficios que supuestamente aporta. Incluso, algunos especialistas señalan que este método es sólo moda que deriva de la mercadotecnia, y son ellos mismos, quienes aseguran que comerse la placenta no trae efectos positivos a la salud, por el contrario, la empeora.

Lo anterior tiene relación con el propósito de la placenta que, al ser un órgano intrincado sólo cumple su función mientras está un producto o feto en el vientre materno, ayudando en su desarrollo a través del intercambio de nutrientes, oxígeno y filtración de desechos desde el cordón umbilical.

Luego de que el bebé nace, la placenta deja de cumplir su función, por lo que los nutrientes desaparecen en el momento en que ya no le sirven a un feto en desarrollo. Además, expertos en el tema señalan que el proceso para la encapsulación de la placenta podría originar desventajas en la salud.

¿Cómo se encapsula la placenta?

El tratamiento más común para ingerir la placenta es a través de cápsulas, y para ello, se vaporiza y deshidrata, o bien, se procesa cruda, es entonces que todas estas preparaciones podrían repercutir en el organismo de la madre, ya que ninguna de ellas elimina completamente las bacterias o virus infecciosos.

Recientemente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dieron a conocer una advertencia sobre las cápsulas de placenta, esto fue porque un recién nacido en presentó estreptococo del grupo B y, luego de hacer los análisis pertinentes, habían notado que la placenta estaba infectada, así que después de haber ingerido las pastillas, amamantó al bebé y lo infectó de esta bacteria.

A pesar de que algunos afirman que la placentofagia ayuda a prevenir depresión posparto, mejorar la absorción de nutrientes y estabilizar más rápido a la madre, aún no hay pruebas científicas que demuestren que esta práctica trae todos estos beneficios.

Así que te sugerimos preguntar siempre por alternativas que estén comprobadas y así llevar un proceso postparto lo más saludable posible para ti y tu bebé.

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