¿Cómo distinguir una crisis adolescente de una depresión? ¿Cuáles son las señales que deben alertar? Si un adolescente ha tenido síntomas similares a los de la depresión durante algunas semanas, no debes esperar más para buscar ayuda. Los padres juegan un papel vital en el proceso de recuperación de sus hijos.
Aquí hay 5 consejos para ayudar a tu hijo con la depresión
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Distinguir la crisis adolescente de la depresión
En primer lugar, es importante distinguir claramente entre un sentimiento de malestar, un sentimiento de depresión y un episodio depresivo. Los síntomas de la depresión juvenil suelen confundirse con los de la “crisis adolescente” (irritabilidad, agresividad, etc.).
Podemos hablar de depresión cuando los sentimientos de tristeza se vuelven abrumadores y no desaparecen de forma natural. Esta tristeza es tan fuerte que llega a trastornar las actividades sencillas y cotidianas del adolescente. Tiene repercusiones en las esferas psíquica, física, cognitiva y relacional.
La depresión (también llamada depresión clínica o trastorno depresivo mayor) es difícil de detectar en los adolescentes. Suelen ocultar su malestar y no pedir ayuda por miedo a ser juzgados, incomprendidos, preocupados o desilusionados de quienes les rodean. O lo expresan de otra forma (violencia, conductas de riesgo, etc.).
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Detecta los síntomas de la depresión
La depresión clínica es cuando los siguientes síntomas duran al menos dos semanas.
- Tristeza, preocupación, irritabilidad, ira.
- Falta de alegría en la vida o dificultad para experimentar placer.
- Sentimientos de desesperanza, inutilidad.
- Dificultad para realizar actividades diarias en el hogar, la escuela o el trabajo.
- Dificultad para dormir, concentrarse y comer, y falta de energía.
- Deseos de hacerse daño a uno mismo o a los demás.
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Agenda una cita con un médico tratante
Ten en cuenta que sólo los médicos y psicólogos pueden diagnosticar un trastorno de salud mental en alguien. Si a partir de sus observaciones, algo no es normal con un adolescente, programa una cita con su médico de inmediato. Tendrás que describir los cambios que has observado en tu hijo, detallar sus síntomas, la fecha de su aparición y el impacto en su vida diaria. Considera también los antecedentes de depresión o cualquier otro trastorno mental en tu familia.
El médico deberá realizar un examen físico completo de tu hijo/hija, así como análisis de sangre. Esto les permitirá determinar si estos problemas son causados por condiciones médicas. Si efectivamente se trata de un trastorno depresivo, ellos te facilitarán las fuentes de ayuda necesarias para su recuperación.
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Consulta a un profesional de la salud mental
Si los síntomas persisten más allá de los quince días, existe un riesgo real de caer en un trastorno depresivo. Por lo tanto, se aconseja no esperar más de tres semanas para empujar la puerta de la consulta de un psiquiatra.
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Mostrar comprensión y escucha
El primer papel de los padres cuando se trata de adolescentes que sufren de depresión es mostrarles que están ahí para escucharlos. Esto requiere mucha paciencia y perseverancia. Escuchar de verdad es esperar a que el adolescente se revele a su propio ritmo, sin prisas. Para que se abra, el niño no debe sentirse juzgado. No lo interrumpas, no repitas sus palabras ni le des consejos directamente.
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