Por el marco del Día Mundial del Asma, el cual se conmemora cada 3 de mayo, hoy en VibeTV hablaremos sobre el porcentaje de mexicanos que padecen esta enfermedad; asimismo, te diremos qué factores aumentan el riesgo de tener esta afección y cómo puedes cuidarte de ella.
¿Qué es el asma?
El asma, es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los bronquios y la reducción del músculo que los conforma. De acuerdo con la Secretaría de Salud, los principales síntomas son: la dificultad para respirar, tos, ruido o sibilancia al pasar el aire y dolor u opresión en el pecho.
Dicha sintomatología se presenta de forma variable tanto en frecuencia como en gravedad, es por eso que, el tratamiento varía dependiendo de la edad de cada paciente. No obstante, por lo general se utilizan los mismos métodos y medicamentos aunque en diferentes dosis.
En México alrededor de 7% de la población vive con asma, pero a través de los avances de la ciencia, es posible controlarla con un tratamiento adecuado, lo que les permite a las personas que tienen esta enfermedad llevar una calidad de vida y realizar actividades cotidianas de manera más normal.
Factores que empeoran el asma
Existen numerosos factores de riesgo asociados con la aparición del asma que van desde perinatales hasta ambientales, los cuales pueden afectar a diferentes edades del paciente.
De acuerdo con especialistas, algunas investigaciones señalan que el asma puede generarse por cuestiones genéticas, las cuales no pueden prevenirse; sin embargo, también hay otros detonantes que sí pueden preverse, tal es el caso de factores ambientales como son: los aeroalérgenos, alérgenos laborales o infecciones respiratorias.
A través de diversos estudios se ha demostrado que la contaminación en el interior de los edificios y en el exterior pueden ser desencadenantes de la aparición del asma, o bien, de volverse aguda.
Uno de los detonantes que tienen mayor asociación con el asma es el tabaquismo, el cual se establece dentro de los problemas ambientales. Lo anterior es consecuencia de que los fumadores presentan mayor riesgo de sensibilización alérgica y, en el caso de las madres que fuman, se relaciona con el incremento de los síntomas asmáticos en la infancia.
Según con diversos expertos, en los pacientes con asma y que son fumadores activos o pasivos el tabaco puede producir:
- Peor control de la enfermedad
- Baja calidad de vida
- Reducción de la eficacia del tratamiento
- Mayor frecuencia de crisis, visitas a urgencias y necesidad de ingresos hospitalarios
- Mayor riesgo de mortalidad y de desarrollar una forma mixta de enfermedad asma-EPOC
En el caso de los cigarrillos electrónicos, su uso también trae consecuencias. La Dirección General de Salud Pública señala que estos productos no son seguros para el consumidor, ya que contienen sustancias tóxicas y carcinogénicas, mismas que también pueden detonar asma.
Cuidados del asma
En la actualidad, existen numerosos tratamientos que permiten llevar una vida normal en la mayoría de casos. El autocontrol y el autocuidado son claves para poder convivir con la afección y se llevan a cabo a través de un aprendizaje sobre la enfermedad.
Por un lado, se debe tener autocontrol para poder evitar los factores desencadenantes y también autovigilar los síntomas; por otro lado, los expertos recomiendan que el paciente debe realizar el manejo autónomo del tratamiento siempre bajo las indicaciones del personal de salud y aplicando las medidas higiénico-dietéticas dentro del autocuidado. Por ello se recomienda:
- Tomar la medicación diariamente
- Evitar todo lo que pueda empeorar el asma como tabaco, polvo doméstico, smog y mascotas.
- Consultar a tu médico en caso de empeoramiento de los síntomas
- Llevar a cabo un plan con tu médico para cuando comiences a sufrir molestias
- Controlar la respiración utilizando esencialmente el diafragma (toma aire por la nariz de forma lenta y vacía suavemente el aire por la boca juntando los labios)
Lo más importante es mantener contacto con tu médico de cabecera para que puedas controlar este padecimiento y, sobre todo, darle seguimiento al tratamiento para prevenir que empeore.
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