El árnica es una planta herbácea perenne de la familia de las compuestas que crece espontáneamente en las regiones alpinas y prealpinas, pero en general, esta hierba medicinal ama los prados húmedos de montaña.
Sin embargo, el árnica no sólo adorna los prados con su belleza. De hecho, contiene sustancias y aceites esenciales que son aliados del bienestar. Sus flores amarillas y que recuerdan a una margarita son la parte utilizada en la fitoterapia.
Las propiedades de las flores de árnica y los beneficios para la salud asociados con su uso le han valido a esta hierba el título de panacea para los caídos; de hecho, entre los diversos remedios naturales, el árnica destaca por su capacidad para aliviar el dolor con su efecto antiinflamatorio y favorecer la cicatrización de las más diversas lesiones, desde hematomas y contusiones hasta esguinces que pueden ser víctimas cuando practicas algún deporte o simplemente colocando los pies distraídamente sobre una superficie irregular o inestable.
Aplicación tópica de árnica como remedio antiinflamatorio y analgésico eficaz contra:
- Trauma
- Contusiones
- Dolor
- Moretones
- Dolores gripales, articulares y musculoesqueléticos
- Sensación de dolor
Es por tanto, un eficaz remedio natural que tiene una acción antiinflamatoria y analgésica y que se puede administrar con total tranquilidad incluso en niños.
Principios activos que contiene el árnica
- Flavonoides
- Triterpenos
- Lactonas sesquiterpénicas como la helenalina
- Aceite esencial
Le confieren propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, analgésicas y estimulantes de la circulación, pero sólo debe utilizarse de forma externa.
Además de reducir el dolor por traumatismos como golpes y caídas, el árnica también favorece la reabsorción de contusiones y hematomas. Además, a algunas de las sustancias presentes en él se les ha atribuido la capacidad de estimular la actividad cardíaca, aliviar el dolor típico de la angina de pecho y contrarrestar las caídas de presión asociadas a los cambios meteorológicos.
¿Cuándo usar el árnica?
El árnica es útil en caso de esguinces, torceduras, contusiones, hematomas y flebitis superficiales. También se puede utilizar contra la artrosis y, de forma más general, contra los dolores musculares y articulares, los edemas de fracturas y las hemorroides. Usado dos veces al día durante 3 semanas, reduce la rigidez de las articulaciones tanto en la artritis de la rodilla como en la artritis de la mano.
Gracias a sus propiedades antisépticas también se utiliza en inflamaciones de la piel y para tratar localmente el acné, forúnculos, labios agrietados y picaduras de insectos. Se utiliza principalmente en forma de ungüentos, cremas o geles.
¿Cómo usarlo?
Además de los gránulos utilizados en el campo homeopático, como remedio fitoterapéutico, el árnica se puede presentar en forma de tintura, crema, ungüento, pomada y gel para aplicar localmente sobre la zona a tratar.
También es importante que la aplicación tópica de árnica, en cualquiera de sus formas, se realice únicamente sobre piel intacta. Por tanto, sin hematomas ni heridas abiertas, evitando también el contacto con ojos, boca y órganos genitales.
Contradicciones
El árnica no debe utilizarse en casos de hipersensibilidad a la planta u otras plantas pertenecientes a la misma familia, como la manzanilla. Además, el uso oral del árnica está fuertemente contraindicado, especialmente durante el embarazo y la lactancia.
Otros usos
No sólo se usa con fines medicinales. Sus usos también se encuentran en la industria alimentaria, que utiliza el árnica para dar sabor a bebidas, postres fríos a base de lácteos, confitería, jaleas y productos horneados.
El aceite de árnica, por su parte, se utiliza en cosmética, donde se emplea como ingrediente tanto en la elaboración de perfumes como en diversos cosméticos, tónicos capilares y preparados anticaspa.
También te puede interesar:
Chía, la semilla que controla los niveles de azúcar
6 beneficios del tamarindo en la salud
