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Diabetes tipo 1 en niños: síntomas, diagnóstico y evolución

Hay que diferenciar la diabetes infantil de la del adulto en muchos puntos.

Diabetes infantil
Foto: Pexels

En primer lugar, a la hora de hablar de diabetes en niños, es fundamental recordar que existen dos tipos de diabetes, la tipo 1 y la tipo 2, que en realidad son dos enfermedades fundamentales diferentes que sólo tienen en común el nombre.

Tipo 1 y tipo 2: dos diabetes a diferenciar

La diabetes tipo 1, que es la que aquí nos interesa, resulta de una deficiencia hormonal: se produce cuando el páncreas deja de producir insulina. En otras palabras, el páncreas ya no logra secretar insulina. Esto se llama diabetes insulinodependiente

La diabetes tipo 2 resulta de la resistencia a la insulina. Esta es la razón por la que a menudo se la denomina resistencia a la insulina. En ambos casos, estos problemas de insulina dan como resultado una hiperglucemia, es decir, la presencia de un exceso de azúcar en la sangre. Un fenómeno que no está exento de peligros para el organismo.

  • La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune crónica: el sistema inmunitario ataca por error a las células productoras de insulina (más concretamente a las células ß de los islotes de Langerhans en el páncreas). 

Signos y síntomas de alarma

Los signos y síntomas que deben conducir a una consulta rápida pueden ser difíciles de detectar, especialmente en los lactantes. 

Inicialmente, el niño con diabetes presenta los siguientes síntomas: 

  • Orinar con más frecuencia. Hablamos de micción más frecuente, con pañales más pesados ​​y/o mojados más rápidamente, o de idas al baño más frecuentes.
  • Orinar o volver a mojar la cama. Hablamos de la enuresis nocturna .
  • Tener sed con más frecuencia , debido a la pérdida de agua, incluso a la deshidratación.
  • Más tarde, pueden aparecer signos posteriores, como pérdida de peso y fatiga.

Estos síntomas pueden explicarse de manera bastante simple, por una reacción en cadena. A medida que la hiperglucemia se vuelve significativa y permanente, aparece glucosa en la orina (normalmente, no hay glucosa en la orina): esto se denomina glucosuria

Cuando esto mismo se vuelve muy importante (varios cientos de gramos por día), el riñón debe eliminar mucha agua para diluir la glucosa en la orina. Como resultado, el niño orina mucho y con frecuencia. Se deshidrata, de ahí la sed intensa, la pérdida de peso y el cansancio.

Complicaciones en caso de retraso en el diagnóstico y tratamiento

Si el tratamiento no se administra con prontitud, puede ocurrir un aumento de la acidez de la sangre, debido al uso alternativo de grasas. Esto se llama cetoacidosis. Dolor abdominal, náuseas, vómitos y respiración acelerada son algunos de los síntomas de la cetoacidosis. Esta es obviamente una emergencia potencialmente mortal, que puede conducir a un coma cetoacidótico o incluso a la muerte.

¿A partir de qué edad se puede tener diabetes?

Hay que tener en cuenta que la diabetes tipo 1 se presenta de forma fortuita y repentina, en la vida de un niño. No es algo que suceda poco a poco. Ésta ocurre en promedio, alrededor de los 8 años, pero puede aparecer a partir de los seis meses. 

Diabetes juvenil: las diferentes causas posibles

La reacción autoinmune que ocurre en el contexto de la diabetes tipo 1 sigue siendo muy misteriosa, lamentablemente. Se plantean varias hipótesis. Podría existir una predisposición genética, pero ésto no explicaría todos los casos, ya que suele ocurrir que un niño se ve afectado sin que sus familiares cercanos se vean afectados por esta diabetes, pero sólo sería un “terreno genético”, y no una transmisión sistemática de la enfermedad.

También hablamos de causas ambientales: se mencionan infecciones virales previas, contaminación del aire o incluso alimentos, sin certeza. Pero ten cuidado con los atajos, la diabetes tipo 1 no se detecta después de una sola infección viral.

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