La inteligencia emocional es un tema en el que muy pocos adultos tienen el control de lo que sienten y experimentan. Eso nos demuestra que en casi todas las culturas del mundo, no se suele tomar en serio la salud mental de los niños, es decir, que no se le da la importancia debida a los sentimientos y emociones de los menores, quienes de manera paulatina, comienzan a desarrollar estrés.
El estrés se puede definir como la percepción de una persona que se siente incapaz de afrontar una situación inesperada, de responder a una demanda que encuentra, que siente que carece de los recursos para solucionar los problemas que le surgen.
No obstante, es importante enfatizar que una vida sin problemas es imposible. De acuerdo con la británica Erika Brodnock, quien está especializada en la psicología positiva para niños dice que el cerebro está en 3 capas:
- El cerebro primario: que controla reflejos como la respiración, la frecuencia cardíaca y los reflejos instintivos.
- El segundo cerebro: es el que se encarga de controlar el sueño y las reacciones emocionales.
- La parte superior del cerebro: controla el pensamiento, el razonamiento y las habilidades creativas.
Pero el estrés bloquea el acceso a la parte superior del cerebro. Es precisamente cuando necesitamos acceder a la parte superior de nuestro cerebro para pensar en soluciones creativas que nos separan de él. Entonces, ¿cómo cultivar la inteligencia emocional de los niños para que puedan confiar en la parte superior del cerebro en todas las circunstancias?
9 formas de cultivar la inteligencia emocional en los niños
Para Brodnock, la inteligencia emocional se basa en saber acceder a la parte superior del cerebro bajo estrés:
Recuperar la calma en caso de enojo o estrés
A menudo se le pide a los hijos que se calmen, pero en última instancia, ¿se les ha enseñado a calmarse? y ¿se ha explicado las ventajas de recuperar la compostura? Paradójicamente, es cuando los niños no están bajo las garras del estrés o la ira que será eficaz y relevante enseñarles a recuperar la calma.
Cuando estamos tranquilos podemos:
- Actuar con inteligencia porque la impulsividad puede tener consecuencias incómodas.
- Realmente pensar mientras hacemos espacio en nuestra mente.
- Sentirnos mejor porque recuperar la calma es “como una gran puerta que se abre a un lugar luminoso”.
Concientizar en las emociones
Cuando un niño aprende a reconocer sus emociones y a identificar el mensaje que le envía su cuerpo, es más capaz de adaptarse y comprender lo que le importa a él, pero también a los demás.
Una emoción debe ser considerada como una reacción del cuerpo a un estímulo: nos indica la naturaleza de la situación (la presencia de un posible peligro, un sufrimiento, un regocijo) y cómo es conveniente responder a ella.
Contrarrestar las emociones desagradables
El objetivo de la psicología positiva es el equilibrio emocional, trata de estar presente positivamente en los buenos momentos de la vida para que representen una fuerza y un alimento disponible en los momentos difíciles.
El equilibrio a conseguir sería una relación 70/30 (70% de emociones positivas por 30% de emociones negativas). No se trata de perseguir las emociones negativas de nuestra vida porque juegan un papel en nuestro equilibrio emocional (como se describió anteriormente: todas las emociones son pistas sobre nosotros, ya sean agradables o desagradables).
Cuando algo nos afecta negativamente, la sensación dura más que cuando se trata de algo positivo. El equilibrio emocional se encuentra en la ecuación de las tres emociones positivas para contrarrestar los efectos de una emoción negativa.
Posteriormente, podemos enseñarle a los infantes a disminuir los efectos de aquellas emociones negativas como ira, miedo, estrés o disgusto con tres emociones positivas:
- 3 cosas por las que están agradecidos
- 3 cosas que han logrado en el pasado
- 3 mejores momentos del día o de la semana
- 3 cosas de las que están orgullosos
- 3 actos de bondad o generosidad que practicaron
Fomentar la autoestima
Los mensajes positivos y las relaciones cálidas y cercanas ayudan a fomentar la autoestima y la seguridad emocional de los niños. Podemos decir frases positivas e inspiradoras a los niños, que se convertirán en su vocecita, a la que podrán llamar cuando la necesiten.
Algunos ejemplos:
- Eres único.
- Tienes un lugar especial para mí.
- Te quiero como eres.
- Me encanta pasar tiempo contigo.
- Estoy contenta de verte.
- Tu forma de ser tiene un valor particular.
- Cuenta conmigo.
- Creo en ti.
- Tu opinión importa.
- Tus emociones y sentimientos son importantes.
- Eres capaz.
- Tienes un tesoro dentro de ti.
Cultivar y fomentar la creatividad
Una de las mejores formas de lidiar y atacar al estrés, es siendo creativo. Sin embargo, tanto en niños como adolescentes se propone desarrollar 9 habilidades.
- Cuestionar la(s) primera(s) idea(s)
- Generar una gran cantidad de posibles soluciones (acostumbrarse a preguntar: ¿qué pasaría sí?)
- Resistir la presión de la mayoría y salir del pensamiento convencional
- Hacer analogías y conexiones
- Superar el miedo al error
- Como adultos, no intervenir, orientar o interferir en el proceso creativo
- Centrarse en el proceso, en el trabajo y el esfuerzo más que en los resultados
- Predicar con el ejemplo a través de nuestras acciones y nuestro ser (¿qué lugar le damos a la creatividad? ¿al arte? ¿dedicamos tiempo a nuestras pasiones? ¿las compartimos con nuestros hijos?).
- Darle un gusto a la diferencia
Practicar meditación de atención plena
La meditación de atención plena permite enfocar la atención en el momento presente al bloquear la afluencia de pensamientos incesantes y contaminantes.
Esta práctica con los niños tiene varios efectos beneficiosos:
- Ayuda a calmar las ansiedades y los flujos de pensamientos negativos.
- Conduce a una mejor salud física y mental.
- Permite enfocar tu atención. Sin embargo, nuestra capacidad para aprender está vinculada a nuestra capacidad para prestar atención.
- Puede ayudarnos a encontrar un lugar dentro de nosotros donde nos sintamos seguros y felices.
La meditación de atención plena en la escuela puede ayudar a los niños y adolescentes a:
- Controlar su atención para aprender
- Regular su ira y frustración
- Mejorar su salud y sistema inmunológico
- Desarrollar la compasión
- Reducir ansiedades o ataques de estrés durante los exámenes o evaluaciones
- Luchar contra la depresión prematura
- Recuperar el gusto por la escuela
- Sentirse aliviado
Preguntar como adultos sobre las relaciones con los hijos
- ¿Cómo puedo ayudar a que mis hijos prosperen?
- ¿Qué le gusta hacer a mi hijo? ¿Qué sabe hacer bien? ¿Cuál es su elemento?
- ¿Qué poner en su lugar para que encuentre y desarrolle su Elemento?
- ¿Cómo me aseguro de que mis hijos ayuden a prosperar a los que los rodean?
- ¿Qué puedo hacer a mi nivel para difundir mensajes y acciones positivas?
- ¿Cómo se siente mi hijo? ¿Cómo lo veo? ¿Necesita ayuda? ¿Cómo puedo ayudarle?
- ¿Mis acciones y mis palabras son consistentes?
- ¿Cómo cultivo mi propia inteligencia emocional?
- ¿Ofrezco un modelo a seguir positivo e inspirador para que lo copien mis hijos? ¿Cómo hacemos que suceda?
Animar a los niños a hacer preguntas sobre ellos mismos
Para que sea un momento de convivencia, puedes crear una ruleta de papel en el que pongas algunas preguntas sobre el pequeño o pequeña. En donde apunte la flecha, tendrá que responder. De esta forma sabrás si se conoce o le falta saber un poco más de sí mismo.
Enseñar cómo funciona el cerebro
Los niños no saben nada sobre el cerebro. Es importante compartir con ellos su potencial. Si los niños comprenden que el cerebro es como la plastilina, o sea, que pueden darle la forma que ellos quieren, comenzarán a ser más optimistas.
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