La apnea del sueño es un trastorno de la respiración durante el sueño que se caracteriza por pausas en la respiración de 10 a 30 segundos o más, que pueden repetirse más de 10 veces por hora. Estas apneas provocan micro despertares que tienen un fuerte impacto en la calidad de vida.
Cualquiera puede verse afectado por esta enfermedad respiratoria, incluidos los niños, pero algunas personas corren un mayor riesgo que otras, especialmente aquellos que viven con sobrepeso.
Definición y mecanismos de la apnea del sueño
El síndrome de apnea del sueño (SAHS) se define como una interrupción completa de la respiración durante al menos 10 segundos, varias docenas de veces por hora. El mecanismo de la apnea del sueño es una relajación de los músculos de la faringe y un bloqueo de la tráquea. La reanudación de la respiración requiere micro despertares que interrumpen el sueño.
Los tres tipos de apnea del sueño
Hay tres tipos de apnea del sueño, dependiendo del mecanismo involucrado: síndrome de apnea obstructiva del sueño (AOS), síndrome de apnea central del sueño (o apnea central del sueño) y síndrome de apnea del sueño compleja.
- Apnea obstructiva del sueño (AOS): ésta es considerada como la más común y sucede cuando los músculos de la garganta se relajan.
- Apnea central del sueño: el cerebro no es capaz de enviar las correctas señales a los músculos que se encargan de controlar la respiración.
- Síndrome de apnea del sueño compleja: también conocida como apnea mixta, ya que sucede cuando las dos mencionadas anteriormente suceden.
Síntomas y signos de la apnea del sueño
- Cuando te despiertas todavía te sientes cansada, tienes la boca seca y a menudo sufres de dolores de cabeza.
- Durante el día, te falta energía, te sientes somnolienta e irritable y tienes problemas para concentrarte.
- Algunos pacientes también mencionan una caída en su libido.
Factores de riesgo del SAHS
El sobrepeso, la obesidad, los antecedentes familiares de síndrome de apnea del sueño y la edad son factores de riesgo reconocidos para este síndrome, en particular el AOS en pacientes adultos. La menopausia y el embarazo también son factores de riesgo.
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