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¿Es posible perdonar una infidelidad?

El perdón sólo es posible después de pasar el proceso de duelo que conducirá a la pérdida de la confianza tanto en la pareja como en uno mismo.

Perdonar
Foto: Unsplash

Un aspecto importante de la infidelidad es el hecho de que, en general, se da en secreto. Por tanto, suele implicar una traición al compromiso pactado entre las partes implicadas. Este es un elemento clave cuando se rompe la confianza en la que se establece la relación.

Cuando se produce la infidelidad, la “víctima” sufre una profunda herida en su autoestima que será necesaria sanar. Uno de los desafíos más difíciles que enfrentará será el de perdonar lo sucedido, independientemente de si desea restaurar la relación o no.

¿Qué es el perdón?

El perdón es un proceso que tiene un efecto beneficioso sobre la persona que perdona, promoviendo así su salud mental. Sin embargo, el perdón es un problema complejo que llevará tiempo, ganas de perdonar, determinación y compromiso.

En este proceso tendremos que cambiar actitudes, pensamientos y comportamientos. A través de esta reestructuración cognitiva, podremos reconciliarnos con esos sentimientos que han sido violados y volver a la normalidad.

El proceso del perdón después de la infidelidad

El primer paso será reconocer el daño sufrido. Es importante no engañarse minimizando lo sucedido, al contrario, será por la importancia del hecho del que se le dará la oportunidad de perdonar al “herido”.

Al analizar lo sucedido, es necesario comprender las circunstancias en las que se produce la infidelidad. De esta manera, sabemos que las atribuciones externas (atribuyendo responsabilidad a circunstancias externas a la persona), la infidelidad inestable (que varía) y específica (concreta y específica) facilitan el perdón frente a las atribuciones internas (atribuyendo responsabilidad al carácter de la persona), estable (que no cambia) y global (generalizable) que lo hacen difícil.

El segundo paso es mostrar interés en perdonar lo sucedido, al menos como posibilidad.

Conceptos erróneos sobre el proceso del perdón

Para ello tendremos que analizar y reconocer qué significa para nosotros perdonar para identificar posibles pensamientos o ideas que puedan interferir negativamente con el proceso de perdón. Algunos de estos conceptos erróneos pueden ser:

  • El perdón implica olvidar lo sucedido

La memoria es una función del cerebro que interviene en todos los procesos de aprendizaje humano. Cuando aprendemos algo, no se borra de nuestro “almacén”, no podemos hacerlo desaparecer. El objetivo es no olvidar lo sucedido, el final será recordarlo sin hacernos daño.

  • El perdón es sinónimo de reconciliación

Esta es una de las ideas más populares en la consulta: “Si no quieres volver conmigo es porque no me has perdonado, si lo hubieras hecho, estaríamos juntos”. El perdón no necesariamente incluye restaurar una relación con alguien, es necesario, pero no suficiente.

  • Perdonar es minimizar o justificar lo sucedido

¿Cuántas veces hemos escuchado frases como: “no está tan mal”, “trata de ver lo positivo”, “estas cosas pasan”?. Perdonar no implica cambiar la valoración del hecho; por tanto, es muy probable que siempre se evalúe de forma negativa e injustificable. Sin embargo, lo que sí cambiará será que, aunque la valoración del hecho sea negativa, la actitud hacia los “culpables” no implicará ningún deseo de venganza ni la necesidad de “reparar el daño causado” en busca de justicia.

  • El perdón es signo de no ser valorado o de debilidad

Cuando nos lastiman, aprendemos que es necesario protegernos de la persona que nos lastimó. La ira es un mecanismo de defensa que nos protege del otro (el odio permite “controlar” parte de lo sucedido, nos hace sentirnos importantes y nos devuelve parte de la confianza perdida en nosotros mismos).

Cambiando nuestros pensamientos para poder perdonar

El tercer paso que nos lleva a perdonar sucede cambiando nuestro comportamiento (lo que hacemos) y aceptando el sufrimiento y la ira. En el caso de la infidelidad, se trata de dejar de incurrir en conductas destructivas abiertas y explícitas (buscar venganza o justicia, arremeter contra el agresor) o disfrazadas e implícitas (mal presagio para el agresor, cavilar sobre la traición y el daño violado).

La cuarta fase involucra la definición de estrategias orientadas a la autoprotección. El perdón no significa “fe ciega en el otro”, implica precisamente reconocer que no hay certezas de que no volverá a suceder y que el riesgo es parte de lo que significa vivir y compartir la vida con otro, aunque se trate de reducir la probabilidad de que vuelva a suceder Es importante no caer en un control excesivo que lleve a un comportamiento celoso.

Superar una situación complicada

Por tanto, es posible perdonar la infidelidad. No obstante, esto no significa volver a enviar el informe, es un requisito necesario, pero no suficiente. Por otro lado, es importante tomarse un tiempo, el perdón sólo es posible después de pasar el proceso de duelo que conducirá a la pérdida de la confianza tanto en la pareja como en uno mismo, dados los efectos devastadores que tiene sobre la autoestima.

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