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10 hábitos diarios que aceleran el calentamiento global y no lo sabías

Debido a que son las pequeñas acciones cotidianas las que marcarán la diferencia, todos podemos actuar contra el calentamiento global adaptando nuestros hábitos.

Cepillo de dientes
Foto: Pexels

Ante el calentamiento global, la conciencia ecológica se está asentando poco a poco en nuestra vida diaria, pero la fuerza de voluntad por sí sola a veces no es suficiente. Y algunos de nuestros objetos y hábitos continúan contaminando sin que nos demos cuenta. Para tener un poco más de consciencia, a continuación te nombramos algunas de las actividades cotidianas que contaminan y, posiblemente no lo sabías.

10 hábitos que aceleran el calentamiento global

  • Lavar ropa y usar pastas de dientes

La mayoría de los exfoliantes y muchas pastas de dientes tienen pequeñas partículas de plástico que se utilizan para eliminar la piel muerta y el sarro de los dientes. Y así es como todos los días, sin darnos cuenta, se lanzan a los océanos de dos mil a 8 mil toneladas de microperlas, mismas que se han popularizado en algunos detergentes para ropa. Por lo tanto, elige pasta de dientes sin microperlas, así como exfoliantes a base de, por ejemplo, azúcar, sal o posos de café.

  • Comprar ropa deportiva

Durante muchos años, Greenpeace se ha preocupado por las repercusiones de los PFC (perfluorocarbonos) en el medio ambiente, los animales y los seres humanos. De hecho, estos materiales, muy contaminantes y tóxicos, recubren la ropa deportiva para hacerla impermeable y más resistente. Sin embargo, las partículas de PFC son extremadamente volátiles.

Cada movimiento que crea fricción los desprende y luego se dispersan en el aire y en el agua. Es así como contaminan los mares, los suelos y por tanto a los seres vivos. Ante este problema, algunos fabricantes están recurriendo a la producción de textiles orgánicos sin PFC, pero lamentablemente son pocos.

  • Enfermarnos y/o automedicarnos

La mayoría de los medicamentos que ingerimos pasan de forma natural a la sangre y la orina, que a su vez terminan en las alcantarillas. Una vez que las aguas residuales se contaminan, a su vez contaminarán el nivel freático. Así es como todos terminamos bebiendo agua cargada de drogas sin querer y sin darnos cuenta. Una cosa que hacer por el bien de todos: no ingerir medicamentos sin una razón válida y tomarlos bajo el consejo de un médico.

  • Asearnos

Esto no es realmente una sorpresa, pero no necesariamente le prestamos atención a diario. Los desinfectantes están en la parte superior de la clasificación como súper contaminantes. Por lo tanto, trata de favorecer los productos con etiquetas eco-responsables. Y como algunos tienen envoltorios de plástico, nada mejor que las viejas recetas de la abuela: un poco de grasa para los codos, vinagre y bicarbonato de sodio siempre funcionan.

  • Enviar correos electrónicos

Esto es algo que todos hacemos a diario y, sin embargo, enviar un correo electrónico con un archivo adjunto contamina tanto como una bombilla de bajo consumo encendida durante 1 hora. Antes de llegar a su destino, un correo electrónico recorre varios miles de kilómetros en cables de cobre para llegar a un servidor (Google, Yahoo, etc.), antes de regresar a su destinatario.

Todo esto tiene un coste energético muy importante. Los correos antiguos o el spam también se almacenan en servidores a veces durante años, sin que se abran nunca. Es una contaminación innecesaria y fácilmente evitable clasificando de vez en cuando nuestro buzón y evitando enviar correos electrónicos innecesarios.

  • Fumar

¿Tienes la mala costumbre de tirar la colilla por la calle? Cada año se arrojan a las calles más de cuatro mil millones de colillas de cigarrillos. Mientras que una colilla se compone de más de dos mil 500 ingredientes químicos y es capaz, por sí sola, de contaminar 500 litros de agua. Está a la cabeza de los súper contaminadores de los océanos, por delante del plástico y los popotes. Aquí hay una razón más para finalmente dejar de fumar. Y si eso te parece imposible, piensa en tirar las colillas en el lugar indicado, es decir en la basura.

  • Comer carne

Ahora es difícil hacer oídos sordos: comer carne contamina, todo el mundo lo sabe. La cría de animales para la alimentación representa no menos del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Entonces no se trata aquí de ser moralista sino de concienciar sobre la contaminación ligada al consumo de carne.

  • Limpiarnos las orejas

Además de ser perjudicial para el medio ambiente, el uso de un hisopo de algodón no sólo daña el planeta. En principio, una oreja es auto limpiante y la inserción de un cotonete de algodón en ella repele más cerumen de lo que elimina.

Es un acto un tanto trivial para un órgano tan frágil, que puede crear tapones o eczemas. Por lo que es mejor acostumbrarse a las alternativas y por ejemplo, usar una toalla de tela húmeda para limpiar el exterior de la oreja.

  • Cepillarse los dientes

Cada año, se desechan más de 4.7 mil millones de cepillos de dientes de plástico. En su mayoría no son reciclables y pueden tardar entre 100 y mil años en degradarse según el material utilizado. El cepillo de dientes de bambú parece ser la opción más ecológica.

  • Desmaquillarnos

En promedio, una mujer usa 6 toallitas limpiadoras de algodón al día todos los días. Después de un cálculo rápido, llegamos a la sorprendente cifra de 2 mil 190 algodones por año para una mujer soltera. Por lo tanto, los algodones lavables están demostrando ser una buena alternativa a este hábito contaminante.

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