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Tripanofobia: el miedo a las inyecciones, ¿cómo enfrentarlo?

Seamos realistas: pocos de nosotros consideramos que recibir un pinchazo en el brazo con una aguja, por pequeña que sea, es una experiencia particularmente placentera.

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Foto: Pexels

La tripanofobia es una fobia médica, un miedo generalizado a las agujas. Esto puede provocar reacciones fisiológicas graves, como presión arterial muy baja y desmayos. En algunos casos, la tripanofobia grave puede hacer que el paciente evite toda atención médica.

Ésta fue reconocida como una fobia específica en 1994 por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). En general, las personas se refieren a este miedo como a las agujas, pero es específicamente a las agujas médicas.

Síntomas de la tripanofobia

Si padeces de la tripanofobia, es posible que te preocupe demasiado recibir atención médica, especialmente las inyecciones. Cuando te sometes a un procedimiento médico, es probable que experimentes presión arterial alta y una frecuencia cardíaca elevada en las horas y días previos al procedimiento. No obstante, en el momento del evento, la presión arterial baja de forma rápida, e incluso, puedes llegar a desmayarte.

¿Cómo puedo enfrentar a la tripanofobia?

  • Conoce la fuente de tu miedo

El miedo a las agujas puede ser una ansiedad irreprimible, cuya fuente es útil conocer. Es importante que trates de recordar el momento en el que tu fobia comenzó. Tal vez pudo haber sido que escuchaste historias de inyecciones dolorosas, visto alguna película sobre el tema o haber experimentado una mala aplicación de inyección.

  • Enfréntate a la aguja

No hay nada de miedo en el practicante y la aguja resulta ser tan pequeña que apenas la sentirás. Es sólo tu cerebro lo que te ha condicionado a tener miedo. Necesitas aprender a controlar esa ansiedad.

También puedes visitar a tu médico antes de la inyección, seguramente te podrá mostrar el entorno en el que trabaja y hasta hacerte una pequeña demostración, pero si tan sólo el hecho de imaginarte una aguja te pone mal, intenta lo siguiente:

  1. Encuentra fotos de inyecciones médicas comunes y guárdalas.
  2. Desplaza por las imágenes, calificando tu ansiedad para cada una, utilizando la escala de 0 a 10.
  3. Empieza por la foto con la puntuación más baja: observa tus reacciones y la irracionalidad de los pensamientos hasta que ceda la ansiedad inicial.
  4. Cuando hayas dedicado al menos 10 minutos a cada fotograma, vuelve a evaluarlos.
  • Pídele al médico que te distraiga

Cuando un médico detecta malestar en un paciente, o simplemente por hábito, es particularmente conversador. Te hará preguntas sobre tu vida, familia, a lo que te dedicas o le resultará oportuno hablar sobre cualquier otro tema.

  • Piensa en la acción del médico de manera más racional

Un médico no te va a poner una inyección sólo por diversión. Si tienes que pasar por esto, hay una buena razón.

  1. Una vacuna puede protegerte contra una enfermedad o para viajar al extranjero de manera segura.
  2. Un análisis de sangre brinda información valiosa sobre el funcionamiento de tu cuerpo.
  3. Una inyección puede ayudarte a sobrellevar el dolor o tratar una afección.
  • Habla de ello con los demás

Hablar a menudo libera inhibiciones. El médico, enfermero o su asistente siempre escucharán atentamente los asuntos que te conciernen. Tendrán en cuenta tu fobia y te tranquilizarán.

Además, están acostumbrados a conocer pacientes que se muestran un poco desconfiados y ansiosos por los médicos u hospitales. Por lo tanto, pueden, para ayudarte a superar tu miedo, encontrar nuevas soluciones, en las que quizás no hayas pensado.

Estar acompañado de un ser querido es de todos modos una buena solución para aguantar este momento.

  • Recompensa tu valentía

Lograste sobrevivir a esa inyección o vacuna, es momento de que este esfuerzo psicológico sea recompensado, lo que puedes hacer inmediatamente de haber, mas o menos, perdido el temor es:

  1. Ir a tu restaurante favorito y pedir tu platillo favorito.
  2. Tomarte toda la tarde, ya sea para ir al cine o de compras.
  3. De hecho, si tomas este hábito después de cada inyección, asociarás este acto médico con el regalo y no con el miedo.
  • Recuerda respirar

En todas las situaciones que provocan ansiedad, la respiración es esencial. Si respiras mal o aguantas la respiración, corres el riesgo de sufrir molestias.

  1. Respira suavemente, te ayudará a relajarte por completo.
  2. ¡Ten la seguridad de que tu médico no te permitirá sufrir.

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