Dependencia emocional: cómo identificarla y tratarla

La dependencia afectiva es una manifestación psicológica definida como una necesidad del afecto de los demás.

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Dependencia emocional
Foto: Pexels

La dependencia emocional se puede definir como una necesidad del afecto de los demás mientras se descuida a sí mismo. Se considera una condición patológica cuando causa sufrimiento. La dependencia afectiva designa un fenómeno de incapacidad psicológica para vivir por y para uno mismo.

Dotado de poca confianza en sí mismo, los adictos emocionales sufren esta carencia en todos los ámbitos de su vida, y especialmente en el amor. Tienen una fuerte tendencia a retraerse frente a su pareja. Estas personas buscan constantemente la aprobación de su compañero. Finalmente sufren de un miedo enfermizo al abandono, que pesa mucho en sus relaciones.

La dependencia emocional es una barrera para las relaciones saludables

  • Dependencia emocional en la amistad o el amor.

Ya sea en la amistad o en el amor, la dependencia emocional es un obstáculo para las relaciones saludables. Esta codependencia generalmente resulta en un celo enfermizo porque el adicto es muy posesivo con las personas que tiene.

Por eso, a menudo encontramos en él o ella la noción de exclusividad. Por lo tanto, el adicto se sentirá en competencia no sólo con su ser querido ni consigo mismo, sino también con las personas que lo rodean.

Es imposible lograr una relación sana y estable en estas condiciones: el adicto estará eternamente insatisfecho y psicológicamente exhausto.

Síntomas de la dependencia emocional

La dependencia afectiva puede resultar en diferentes signos de intensidad variable según el individuo:

  • Miedo al abandono
  • Celos excesivos
  • Insatisfacción crónica
  • Incapacidad para tomar decisiones solo
  • Falta de autoestima
  • Ansiedad y depresión (sobre todo al romper)
  • Conductas compulsivas

La dependencia afectiva también tiende a promover conductas adictivas (alcohol, drogas, juego) para escapar del sufrimiento. Cuando es demasiado exclusiva e invasiva, la dependencia emocional repercute en la vida cotidiana y deteriora la vida social e incluso profesional. En la pareja, a menudo es fuente de conflictos que pueden llevar a la ruptura.

Causas y factores de riesgo de la dependencia emocional

Los estados patológicos de dependencia emocional afectan principalmente a los individuos vulnerables en lo que respecta a los lazos de apego. Ocurre en personas hipersensibles, que carecen de confianza en sí mismas, habiendo tenido en ocasiones dificultades en una relación anterior.

En algunos casos sufrieron una falta de afecto durante la infancia o experimentaron un shock emocional, pero esto no es sistemático. Las mujeres generalmente se ven más afectadas por la dependencia emocional que los hombres.

¿Qué hacer para solucionarlo?

Esto comienza con la conciencia de este estado. A menudo, cuando las cosas van mal durante una consulta con un psicólogo, los adictos emocionales comprenden su discapacidad emocional.

Si no pueden cambiar completamente su personalidad, pueden reducir este rasgo mediante el trabajo de desarrollo personal y posiblemente la psicoterapia. La persona afectada debe lograr integrar el hecho de que primero es necesario amarse para tener éxito en vivir y posteriormente, en una relación romántica saludable.

El miedo a estar solo debe ser superado por unos simples ejercicios como exponerse a momentos de soledad o alejamiento de los demás, realizar actividades para uno mismo y aceptar mejor las emociones y frustraciones.

El deporte, la expresión artística o la meditación son actividades que pueden ayudar a las personas con dependencia emocional a conocerse mejor a sí mismo y, por tanto, a ganar confianza.

¿A quién consultar?

Ante los signos de sufrimiento, ansiedad y depresión, se recomienda acudir al médico (médico de cabecera, psiquiatra o psicólogo). Las repercusiones de la dependencia emocional pueden requerir un manejo específico a través de la terapia de pareja o la terapia cognitivo-conductual (TCC).

TCC

Indicada para tratar trastornos como la ansiedad y las conductas adictivas, las TCC están recomendadas para personas que padecen dependencia emocional y deseen participar en el proceso de curación.

Los objetivos del cuidado son principalmente cambiar el patrón de personalidad de dependencia y reaprender comportamientos adecuados para recuperar la autonomía y el equilibrio en la relación de pareja.

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