¿Qué es la brecha anticonceptiva?

El condón y la vasectomía son las dos únicas opciones de anticoncepción que existen para los hombres, mientras que para las mujeres la lista es larga, pues incluye al menos 10 métodos.

Esta falta de oferta es una de las razones por las que se origina “la brecha anticonceptiva”, la cual hace casi imposible la corresponsabilidad en torno a la reproducción y la salud sexual.

Ante la falta de opciones, la responsabilidad sobre el cuidado en este ámbito recae en la mujer, quien se somete a hormonas o procedimientos que traen consigo múltiples efectos secundarios, como nauseas, mareos, sangrado menstrual irregular, dolor de cabeza, cambios en el estado de ánimo, dolor de pechos, entre otros.

De acuerdo con información de REDefine México, uno de los problemas en la falta de oferta de anticonceptivos masculinos es que no hay el financiamiento suficiente para impulsar iniciativas de investigación que deriven en la comercialización de productos de contracepción para hombres.

Aunque es cierto que en varias ocasiones titulares sobre un nuevo anticonceptivo masculino que está en investigación aparece, también es una realidad que no avanzan más, no llegan al mercado y, por tanto, “la brecha anticonceptiva” sigue ahí.

La organización del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), señala que no existe demanda de estos productos debido a que se le da prioridad a la comodidad masculina, que con el fin de evitar algunos efectos secundarios, con los que las mujeres comúnmente viven, no demandan anticonceptivos masculinos.

En una columna escrita por Pascale Brennan de REDefine México, para Animal Político, se destaca que los efectos que se ha difundido se podrían presentar en el sector masculino, son menores de los que padecen las mujeres, pero aún así, la industria prefiere no invertir en la anticoncepción masculina pues ante el rechazo, no sería una estrategia que les funcione.

La autora señala que, además del financiamiento para que los anticonceptivos para varones comiencen a estar disponibles, también se requiere la instauración de políticas públicas, así como el impulso desde el Estado para la investigación, producción y venta de estos anticonceptivos.

Además, destaca, se necesita educación integral sobre sexualidad, pues de ese modo se estaría instruyendo en cuanto a la necesidad de equidad en torno a la reproducción, ya que, como es claro, la estructura patriarcal también es parte de esta problemática, pues mientras a los hombres se les enseña que el sexo es para su placer, a las mujeres se les indica que es para procrear y satisfacer, cuestiones que es necesario erradicar.

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