El refresco es popular entre los jóvenes y los adultos. Refrescante y sabroso, es difícil detenerse con el primer sorbo. En algunos casos, incluso constituyen la mayor parte de los líquidos ingeridos durante un día. Sin embargo, demasiado dulces y nutricionalmente pobres, tienen muchos efectos nocivos en el cuerpo.
Ante el incremento de la ingesta de estas bebidas, que en realidad no quitan la sed sino que la aumentan, es importante decir que incluirlas en la dieta diaria es un atentado contra tu propio cuerpo. Si estás buscando disminuir el consumo, has llegado al lugar correcto:
5 razones para sustituir los refrescos con agua
- Los refrescos promueven el aumento de peso
No es ningún secreto que los refrescos contienen un promedio de 100 gr de azúcar por litro, o 20 gr por vaso (el equivalente a 4 terrones de azúcar), que es demasiado en comparación con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda no exceder los 50 gr de azúcar por día.
Sin embargo, cuando la ingesta alimentaria de azúcar es superior a las necesidades, se debe almacenar el exceso. Primero es almacenado por el hígado y los músculos en forma de glucógeno, pero la cantidad que se puede almacenar se limita rápidamente.
Las grasas constituyen entonces una segunda forma de almacenamiento: los azúcares se transforman en triglicéridos y se almacenan principalmente en las células adiposas, especialmente en la zona abdominal. Así, se ha demostrado que el azúcar en las gaseosas está fuertemente involucrado en los fenómenos de sobrepeso y obesidad.
- Te hacen comer más
El pico de insulina que sigue a la ingestión de una cantidad excesiva de azúcar despierta la sensación de hambre. De hecho, la insulina induce resistencia a la leptina, la hormona que regula el apetito.
Por el contrario, los investigadores que sometieron a ratas a una dieta sin azúcar, y más precisamente sin fructosa, que se encuentra en grandes cantidades en los refrescos estadounidenses, lograron anular su resistencia a la leptina, y esto sin reducir su ingesta de grasas.
Por lo tanto, al consumir refrescos, nunca se siente la sensación de saciedad. Además, las gaseosas que provocan dependencia del azúcar. Existe un mayor riesgo de que la sensación de hambre sea compensada por alimentos ricos en hidratos de carbono (galletas, pan, pasta, papas, chatarra, etc.).
- Aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
Los refrescos, por su alto contenido de azúcar, su capacidad para elevar el azúcar en la sangre y, por lo tanto, causar picos de insulina, finalmente pueden conducir a la resistencia a la insulina. Es decir, el cuerpo utiliza menos el azúcar, lo que se traduce en un nivel más alto de azúcar en sangre. Sin embargo, la resistencia a la insulina a menudo precede a la diabetes tipo 2.
- Sustancias cancerígenas
Los refrescos contienen una serie de aditivos y edulcorantes, incluido el famoso aspartamo, que constituye la mayoría de las bebidas dietéticas. El aspartamo es objeto de muchas controversias porque se dice que tiene efectos cancerígenos. Si bien varios estudios no muestran ningún vínculo entre la ingestión de aspartamo y el riesgo de cáncer.
Un estudio realizado en 2014 en ratas y ratones mostró el potencial carcinogénico del aspartamo. Después de la ingestión, el aspartamo se convertiría en metanol y liberaría sustancias potencialmente cancerígenas como el formaldehído y el ácido fórmico.
El aspartamo no es el único aditivo que se divide: también se sospecha que el color caramelo utilizado en las bebidas de cola es cancerígeno. De hecho, bajo el efecto del calor, el tinte puede formar un compuesto químico, 4-metilimidazol (abreviado 4-MEI) que sería tóxico para el cuerpo en dosis altas (360 mg por kilogramo de masa corporal).
- Causan caries
Como ya se ha mencionado, las gaseosas son ricas en azúcares añadidos, y es ampliamente reconocido que estos están fuertemente implicados en la aparición de caries dentales. La desmineralización que puede provocar la soda también afecta a los dientes al provocar la erosión del esmalte.
Un estudio realizado en Estados Unidos también ha demostrado que el consumo de refrescos es responsable del desarrollo de caries en los niños pequeños. Son los ácidos (fosfórico y cítrico) presentes en los refrescos los que provocan la erosión del esmalte. Por ejemplo, el agua tiene un pH neutro de 7 cuando los refrescos de cola normal tienen un pH ácido de 2.44.
Por lo tanto, adulto o niño, es mejor limitar su consumo de refrescos para mantener una buena salud dental.
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