Cómo evitar la procrastinación y mejorar tu productividad

La procrastinación puede generarte más estrés que la propia tarea que postergas.

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Procrastinación
Foto: Pexels

La típica frase de “ahorita lo hago” es un claro ejemplo de procrastinación, término que puede ser definido como postergar o definir, y que generalmente aplica para cuando se tiene que hacer alguna labor, pero se antepone alguna otra que quizá no es tan necesaria, o al menos no por el momento, o cuando simplemente la aplazas para otro momento a pesar de que estas libre para llevarlo a cabo.

El psicólogo Fernando Azor, a través de su blog, destaca que la procrastinación se puede dar por tres razones: la tarea es una obligación y no un deseo propio, por buscar el momento en el que se tengan ganas pues se busca hacerlo bien, o si no aplicas el “mejor no hacerlo o porque la tarea desata miedos e inseguridades.

Piers Steel, profesor de Psicología Motivacional en la Universidad de Calgary, señaló para The New York Times que procrastinar “es hacerse daño a uno mismo”, pues quien lo hace se encuentra consciente de que está evadiendo una tarea, lo que se sabe que es una mala idea, pero de todos modos se hace.

“Las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimo negativos en torno a una tarea”, sentenció Fuschia Sirois, profesora de Psicología en la Universidad de Sheffield, para el mismo medio.

La peor parte es que mientras la tarea puede causar reacciones negativas, el posponerla también lo hará, pues permanecerá en la mente de quien lo hace que tiene algo pendiente, a lo que se le pueden ir sumando más cosas, lo que derivará en estrés y que finalmente se presione para llevar a cabo lo que tiene que hacer.

Estos son algunos tips para evitar la procrastinación y mejorar tu productividad:

Ten en mente que postergar la tarea no hará que esta desaparezca, y al final tendrás que hacerla de todos modos, pero probablemente con menos tiempo, más estresado y por ende más presionado.

Divide la labor en partes, puedes iniciar por lo que te parezca más sencillo y continuar con el resto de los pasos hasta que la finalices.

Ponte metas a corto plazo que sumen para llevar a cabo la tarea, y cada que alcances una bríndate un momento para reconocerte, puede ser con un descanso, dando una caminata o haciendo algo que te haga sonreír.

Cuando te descubras pensando las típicas frases de “luego lo hago” o “ahorita empiezo”, recuerda que es mala idea postergar el deber, pues aún así, tendrás que hacerlo, así que reemplázalas por otras frases que te motiven como “cuando termine esto podré ver la serie que me gusta” o “al terminar ya no tendré de qué preocuparme”.

Trabaja en espacios que te inspiren, que te motiven y que sumen a tu productividad.

Lleva una agenda o libreta en la que puedas tener en mente los pendientes que tienes, los coloques por prioridad y los dividas de ser necesario para poder terminar con todos antes de que te de tiempo de pensar en postergarlos.

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