A la sombra de la crisis causada por la pandemia de la COVID-19 se encuentra otra crisis, una que asesina, violenta, abusa y discrimina a las mujeres; la de la violencia de género.
En México, de acuerdo con datos recabados por ONU Mujeres, entre enero y febrero de 2020 se registraron 632 víctimas de feminicidio y homicidio doloso de mujeres, así como nueve mil 941 presuntas víctimas de lesiones dolosas y, sumado a esto se reportó que las llamadas en ese periodo al 911 relacionadas con incidentes de violencia contra este sector aumentaron, colocándose en 40 mil 910.
La tendencia es clara, en el contexto de la pandemia la violencia contra las mujeres no ha cesado e incluso ha mostrado aumentos, pues se debe recalcar que de enero a junio de 2020 se contabilizaron 104 mil 331 delitos de violencia familiar, lo que muestra un aumento del 55.9% en relación con los últimos cinco años, de acuerdo con datos reproducidos por la organización Casa Gaviota.
En Chihuahua, el feminicidio fue integrado a los delitos imprescriptibles. ¿Qué significa?
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Mujeres indígenas más vulnerables
Frente a este entorno, las mujeres indígenas y las mujeres que viven en zonas rurales o asentamiento informales pueden enfrentar un riesgo mayor a padecer violencia, acceder a servicios esenciales o poder huir de situaciones de peligro, resalta la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“En la Montaña las mujeres no tienen facilidades de hacer llamadas. En muchos poblados no hay señal de teléfono, ni de internet, y a veces ni luz eléctrica debido a las lluvias que además deterioran los caminos de una geografía de por sí accidentada (…) y si una mujer llama para decir que el esposo la está golpeando, llega el comisario o la policía municipal, como la autoridad más cercana, y lo primero que hacen es meterlas a la cárcel para obligarlas a volver con sus parejas”, apuntó Neil Arias Vitinio, abogada del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, al hablar de lo que ocurre en zonas de Guerrero.
En esta línea, David Portillo, secretario de Seguridad Pública de dicho estado, señaló que, de la Costa Chica al igual que de La Montaña, parte de las regiones de la entidad, “no tenemos tantas llamadas de auxilio al 911, nada más tenemos cuando ocurre un hecho (asesinato)”.
Las mujeres indígenas y las que viven en zonas rurales pueden enfrentar riesgos aún más elevados u obstáculos adicionales para acceder a servicios o para huir de la violencia, en particular, la violencia dentro del hogar durante el confinamientohttps://t.co/92fagFhANc
— ONU Noticias México (@CINUmexico) April 16, 2021
En este panorama, la dificultad que enfrentan las mujeres indígenas para acceder a la justicia, para denunciar un acto de violencia e incluso para huir de las agresiones, se agrava, y resulta aún peor en el contexto de la pandemia.
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