Más del 50% de los casos de abuso sexual infantil en México ocurren dentro del hogar

En México, durante 2020, en medio de la crisis por la pandemia de Covid-19, 4 mil 476 menores de edad fueron atendidos en hospitales por violencia sexual.

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Foto: Pixabay

El abuso sexual infantil, es definido por el DIF Nacional, como el acto realizado por una persona de la misma o de mayor edad, que obliga a un menor a “tener contacto sexual a través de caricias, besos o tocamientos; a ver y escuchar pornografía o exhibir los genitales y/o a manifestar cualquier comportamiento de tipo sexual”.

En 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el “Estudio de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños”, estimó que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años fueron forzados a tener relaciones sexuales o experimentaron otras formas de violencia sexual con contacto físico.

Tasa de violencia contra menores de edad

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), en un comunicado de 2019, cita al INEGI destacando que la tasa de violencia sexual en contra de menores de edad en el país es de mil 764 por cada 100 mil; mientras que cinco mil de cada 100 mil sufren tocamientos.

En tanto, de cada mil casos, solo alrededor de 100 se denuncian, de estos, 10 proceden a juicio y, finalmente, solo uno procede y se le da una condena a quien resulte culpable por delitos de abuso sexual infantil.

Abuso sexual infantil en la familia, una realidad oculta

La Unicef apunta que el abuso sexual infantil puede ocurrir en distintos ámbitos, como en los hogares, las instituciones, escuelas, sitios de trabajo, instalaciones turísticas, dentro de las comunidades en contextos de desarrollo y de emergencia. Además de que, en el panorama actual, los teléfonos y en general el internet, también ponen en riesgo a la población menor de edad.

Mientras que Redim explica que en México, los entornos en los que se presenta la violencia contra las niñas y niños son, sobre todo: hogar y familia; escuela y establecimientos educativos; sistemas de atención social y sistemas judiciales; lugar de trabajo y en la comunidad.

Datos del Rape, Abuse & Incest National Network (RAINN) destacan que casi el 93% de las víctimas de abuso sexual infantil conocen a su agresor, e incluso, se destaca, este puede ser parte de su familia.

La Unicef, en un informe presentado en 2006, señala que, en América Latina, las estimaciones señalan que alrededor de 6 millones de niñas, niños y adolescentes sufren de abuso severo en el hogar, el cual incluye el abandono, mientras que el físico, destacan, afecta sobre todo a los niños de menor edad.

La Red por los Derechos de la Infancia apunta que, durante 2020, en medio de la crisis por la pandemia de Covid-19, 15,455 niñas, niños y adolescentes fueron atendidos en hospitales por violencia física, de este total, 4,476 correspondieron a violencia sexual, el 92.8% en perjuicio de una niña o adolescente.

De los casos reportados, “de violencia ejercida contra personas de 0 a 17 años por única vez, en repetidas ocasiones o no especificada, el 55.2% tuvo como agresores a familiares o parejas, y el 70.6% sucedió en una vivienda”.

En tanto, la organización Alumbra, sentencia que el abuso sexual infantil se encuentra relacionado en la mayoría de los casos a familiares de las víctimas. De acuerdo con el “Diagnóstico sobre la situación del abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacía la niñez en México”, que realizó la organización Early Institute, en el país el 60% de los casos de este delito ocurre en el hogar.