La alimentación es la principal forma de cuidar nuestra salud, si comenzamos desde niños a generar dependencia de alimentos con azúcares, esto a la larga nos puede perjudicar, ahí la importancia de identificar cuánta azúcar consume un niño, fuera de los dulces que les encantan, ¿cuánta de su dieta está siendo realmente saludable? Esto también aplica para los azúcares y carbohidratos que se incluyen en las fórmulas lácteas de los bebés.
¿Te gustan los jugos?
Utiliza la licuadora, no el extractor.
Los jugos exprimidos son considerados azúcares libres. Una taza de jugo de naranja aporta el 50% del máximo sugerido de azúcar por la OMS. #biencomer pic.twitter.com/RIUgBIrYjW— Fernanda Alvarado (@Ferrnanda) October 18, 2019
Los hábitos de vida pueden prevenir las causas de enfermedades que afecta a nivel mundial. Los azúcares libres agregados a las comidas contribuyen a una dieta de alta densidad energética, pero pobres en nutrientes y aumenta el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedad cardiovascular, hipertensión, los cánceres relacionados con la obesidad y la caries dental.
¿Cuántos azúcares debe consumir un niño?
Existen asociaciones entre los azúcares añadidos como factor de riesgo de la enfermedad vascular, por lo que médicos y expertos han recomendado que los niños consuman 100 calorías o, 6 cucharaditas de azúcar, mientras que hacen un llamado para que los no consuman azúcares añadidos.
¿Qué son los azúcares añadidos?
Según la OMS el término “azúcares añadidos” se refiere a sacarosa, fructosa, glucosa, hidrolizados de almidón (glucosa), jarabe de alta fructosa, isoglucosa y otras preparaciones de azúcar aisladas utilizadas para endulzar, agregando a la preparación y en la fabricación de alimentos.
En el año 2002 se definió el término “azúcares libres” como todos monosacáridos y disacáridos agregados a los alimentos por el fabricante, cocinero o consumidor, más azúcares presentes naturalmente en algunos productos como la miel, los jarabes y jugos de fruta.
Los ingredientes de la fórmula láctea
En México existe una norma para que la fórmula de los bebés sea de calidad y con los nutrientes que los bebés necesitan. A finales de la década de los años 70 y principios de los 80, surge un documento que regula los parámetros mínimos y máximos de los sustitutos de la leche materna.
Este sustituto tiene un principal ingrediente, que es el hidrato de carbono que debe contener la leche materna, la cual favorece el desarrollo de la flora intestinal por las Bifidobacterias e impide el crecimiento de microorganismos patógenos por ser acidificante; además de que mejora la absorción del calcio, sin embargo algunas fórmulas no cumplen con esta norma y agregan azúcares a sus componentes.
¿Qué sucede en México?
• 1er lugar mundial en obesidad infantil (UNICEF) y segundo en adultos (OMS)
• 10% de los niños menores a 5 años tienen sobre peso (ENSANUT 2012)
• Consecuencias a largo plazo, estos pacientes son más propensos a desarrollar: diabetes mellitus 5 veces más; hipertensión arterial: 3 veces más; alteraciones de lípidos: 2.5 veces más.
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