No podemos negar que trabajar desde casa nos brinda grandes ventajas: como ahorrarnos el tiempo de traslado a la oficina o poder abrazar a nuestras mascotas cada dos minutos. Pero, lo que jamás imaginamos es que la gente considerara que lo mejor del home office es poder estar ¡desnudos!
Aunque suene difícil de creer, una encuesta realizada entre más de ocho mil personas, por la empresa de ciberseguridad Kaspersky Lab, revela que 1 de cada 10 personas disfruta hacer home office “como Dios los trajo al mundo”.
En octubre de este año, la compañía entrevistó sobre los placeres culposos que adquirieron durante la pandemia a 8.076 empleados de pequeñas y medianas empresa de todo el mundo, incluyendo países como México, Brasil, Alemania, Francia, Italia, Japón o Estados Unidos.
En este informe te damos los detalles más interesantes de los últimos 12 meses, con respecto a las actividades cibercriminales que más fueron efectuadas por delincuentes en lo recorrido del año.
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— Kaspersky Latinoamérica (@KasperskyLatino) December 18, 2020
En los resultados, 11% (lo que significa 1 de cada 10 personas) de los encuestados aseguraron que les gusta poder trabajar sin tener que usar ropa (seguramente viven en ciudades donde las temperaturas son elevadas).
Sobre la misma línea, 48% de los empleados entrevistados indicaron que trabajan con ropa cómoda todo el día (me incluyo en este grupo), mientras que el 8% reveló que se bañan con menos frecuencia ahora que se encuentran realizando home office.
Otras de las ventajas descubiertas por los empleados durante el home office es el poder levantarse 5 minutos antes de que comience su jornada laboral (36%), trabajar en el jardín o desde un balcón (27%) o tomar una siesta durante el día (36%).
Reforzando uno de los tabúes del home office – que los empleados ven televisión mientras trabajan –, 23% de los participantes de este estudio revelaron que uno de sus placeres culposos es ver Netflix mientras realizan sus actividades laborales.
Sin duda, la pandemia mundial por COVID-19 nos orilló a adaptarnos rápidamente al home office y lo adoramos, pero: ¿trabajar desnudos? Bueno, cada cabeza es un mundo.
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