A inicios de noviembre se llevó a cabo el sacrificio de más de 17 millones de visones por una mutación de COVID-19 detectada en estos animales. Ahora, los cuerpos resurgen de la tierra, de las fosas a las que fueron arrojados.
Este sacrificio apresurado del visón de Dinamarca por las preocupaciones sobre una mutación del coronavirus ha dejado al país frente a un nuevo horror, ya que los cadáveres de los animales han emitido gases que han salido hasta la superficie.
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El fenómeno se observó en un campo de entrenamiento militar en las afueras de la ciudad occidental de Holstebro, donde miles de visones fueron enterrados en una fosa común improvisada.
#26Nov #Internacionales Numerosos restos de visones han reaparecido recientemente en la superficie de fosas de enterramiento masivo luego de que a principios de este mes las autoridades de Dinamarca ordenaran sacrificar a millones de ejemplares por miedo a una nueva cepa pic.twitter.com/O37X9Ipk04
— Primicias24 (@Primicias24_) November 26, 2020
Según informó la policía local a CBS News, estos gases son emitidos por el proceso de descomposición y pueden ser un factor importante de contaminación. Además, añadieron que esto se debió a un error en la elección de lugares de entierro y profundidad.
Según el Ministerio de Medio Ambiente dijo que el visón debería estar cubierto por al menos cinco pies de tierra, pero sólo fueron enterrados a unos tres pies de profundidad en el campo en las afueras de Holstebro.
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Otro problema ambiental que arrastra el descuido del entierro de millones de visones es que esta fosa se encuentra muy cercana a un lago, lo que generó temores de contaminación por fósforo y nitrógeno emitidos de los gases de los cadáveres de los visones.
Thousands of mink culled over COVID fears rise from mass grave in Denmark https://t.co/UXn7BhEpZp
— CBS News (@CBSNews) November 26, 2020
Además de los problemas ambientales, también podría haber problemas legales, puesto que el gobierno de Dinamarca no pidió autorización de los gobiernos locales de los municipios en los que se enterró a miles de visones.
El sacrificio de estos animales causó conmoción internacional, pero las autoridades locales se mostraron inflexibles ante el riesgo de un brote peligroso de una mutación de la nueva cepa de coronavirus.