Los primeros datos disponibles acerca del papel de la obesidad en COVID-19 sugirieron que las personas que padecen obesidad severa tienen un más riesgo más alto de hospitalización, cuidados intensivos, ventilación mecánica y/o muerte, independientemente de otras comorbilidades. Los datos apuntan también podría ser un factor muy importante en las personas más jóvenes.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: OMS da visto bueno a vacuna de Pfizer
Algunos papers como este han explicado que los temas clave de investigación futura incluyen los mecanismos para explicar el mayor riesgo observado en personas con problemas de sobrepeso y la posible mayor contagiosidad de esta población. Los resultados son preliminares y será importante revisitar el papel de la obesidad cuando se haya generado más evidencia científica.
Las implicaciones de la pandemia sobre las personas con este problema incluyen las posibles dificultades en el manejo de algunos pacientes en el caso de pruebas diagnósticas y tratamiento, las implicaciones del confinamiento sobre el control y tratamiento de la obesidad, y el estigma que sufren estas personas por su condición y que puede verse aumentado si se confirma su alta vulnerabilidad ante la infección por coronavirus.
Comprender el papel de la obesidad en COVID-19 debería ser una prioridad de salud pública, dada la alta prevalencia de esta condición en nuestro país, ya que la obesidad en México está considerada actualmente como un grave problema de salud, ya que, 7 de cada diez personas adultas viven con problemas de exceso de peso; así mismo, uno de cada tres niños y adolescentes tiene sobrepeso u obesidad.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: La importancia de los quelites en la alimentación mexicana
Varios artículos recientes sugieren que el sobrepeso es un factor de riesgo para una enfermedad más grave por coronavirus. En este artículo se resume la evidencia científica disponible sobre el papel de la obesidad en COVID-19, con especial atención en las personas más jóvenes y los mecanismos biológicos propuestos para explicar tanto el mayor riesgo observado como la posible mayor contagiosidad de esta población.