Pandemia por COVID-19 podría convertirse en una crisis alimentaria  

SARS-CoV-2 ha generado hambre y, al mismo tiempo, desperdicio de alimentos, indican especialistas.

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EFE

Entre las consecuencias que ha dejado la pandemia por COVID-19, tanto a nivel nacional como a nivel global, destaca el problema del hambre, derivado de un incremento en la pobreza ante la interrupción en las actividades económicas y la caída en los ingresos, señaló Teresa García Plata, directora general de Bancos de Alimentos de México (BAMX).

Momento crítico para evitar crisis alimentaria

Durante la clausura del evento ‘Conversar para inspirar’, análisis de impactos sociales, económicos y medioambientales del COVID-19 en la alimentación, Karina Sánchez Bazán, consultora de Sistemas Alimentarios para la FAO México, explicó que cuando hay una crisis que afecta el ingreso de las personas, se afecta la seguridad alimentaria porque gran porcentaje de los ingresos están destinados a la alimentación.

Agregó que veníamos con la mitad de la población con un grado de inseguridad alimentaria y ahora hay un impacto en el ingreso, lo cual significa que estamos en un momento muy crítico para evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria, lo cual sería más grave de lo que se está viviendo. “Estamos con una ventana de tiempo pequeña para actuar rápido a nivel regional”, alertó.

Asimismo, compartió que somos la región del mundo en donde es más caro comer saludablemente, con un costo alrededor de los cuatro dólares al día por persona, lo cual implica que 104 millones de personas en América Latina no tengan acceso a una dieta saludable.

Hambre y desperdicio de alimentos durante la pandemia

Paradójicamente, también se ha registrado un incremento en la cantidad de alimentos desperdiciados a lo largo de la cadena de valor, expresó García Plata, quien aseguró que Bancos de Alimentos de México se dedica a atender este ‘problema gemelo’: hambre y desperdicios de alimentos, “una repercusión de la pandemia a nivel global y de la que México no está exento”.

En estos meses, “hemos visto que el desempleo ha provocado que cientos de miles de familias que iniciaban 2020 percibiendo hasta dos ingresos en sus hogares, hoy tienen cero ingresos y por lo tanto requieren asistencia alimentaria. Las cifras del CONEVAL muestran un crecimiento de personas que no tienen recursos suficientes para adquirir la canasta básica”, señaló la especialista.

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Emergencia epidemiológica por sobrepeso, obesidad y diabetes

Por su parte, Sánchez Bazán añadió que antes de la pandemia más del 50 por ciento de los hogares en México tenían algún grado de inseguridad alimentaria, según las últimas cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.

Esto quiere decir que la mitad de los mexicanos –antes de la emergencia sanitaria- no tenían garantizado ese derecho constitucional reconocido en el artículo 24, que es el derecho humano a la alimentación, sana suficiente y nutritiva.

“La pandemia nos encontró con un problema grave de malnutrición que tiene que ver con que tenemos en un mismo contexto conviviendo sobrepeso y obesidad, y carencias de micronutrimentos junto con lo que la FAO denomina hambre, que es la falta de acceso a la alimentación“, aseguró Sánchez Bazán.

“La pandemia nos encontró siendo el único país que tiene declaratoria de emergencia epidemiológica por sobrepeso, obesidad y diabetes”, puntualizó la especialista.