En tiempos de pandemia, ahora más que nunca necesitamos estar pendientes de la alimentación de nuestras niñas y niños, para reforzar su sistema inmunológico. Además, requieren de nutrientes y proteínas esenciales que logren aportar energía, para que estén pendientes y activos durante sus clases virtuales.
Sin embargo, es importante comenzar la ingesta de proteínas desde la primera etapa de crecimiento. Por eso los especialistas recomiendan que sean abundantes y de buena calidad, pero la que se considera como crucial es la que contiene “alfa lactoalbúmina”, que se encuentra en la leche materna.
Esta proteína contiene propiedades bioactivas que favorecen el desarrollo adecuado del bebé, desde la parte de su salud, digestión, inmunidad, entre otros beneficios; por eso ocupa el número uno en la lista de alimentos esenciales.
Fórmula con proteínas esenciales
Mientras los infantes crecen, las proteínas tienen diversas funciones en su organismo y durante toda su vida, razón para conocer cuáles son y qué aportan al organismo. Así que lo más recomendable es consultar con el experto, para saber qué fórmula es la adecuada, cuando no se puede, o ya no es necesario amamantar al hijo.
Benjamín Suárez, director Médico de Sanulac Nutrición México sugiere a las mamás preocuparse por los macronutrientes, que suministran la mayor parte de la energía metabólica del cuerpo. Los principales son glúcidos, proteínas, así como los lípidos.
“Cuando tienen a un pediatra enfrente deben preguntar ¿cuáles son los macronutrientes que tiene la fórmula que me recomienda, respecto a la lecha humana? La primera etapa de los bebés es crucial en su desarrollo, porque determina una vida saludable y los cimientos para su bienestar con el acceso a los nutrientes adecuados”, asegura.
Suárez agrega que los nutrientes que se requieren para fortalecer el sistema inmunológico están en la vitamina A, que se encuentra en alimentos de origen animal como la yema de huevo y productos lácteos. Para adquirir la vitamina B6, los pequeños deben consumir salmón, carne, plátanos, papas y aguacate.
La vitamina C se encuentra en los kiwi, naranjas, fresas y brócoli; mientras que la vitamina D, su fuente principal es el sol. En el caso de la vitamina E, está en aceites vegetales como el de oliva, soja, palma, así como nueces y granos enteros, además de algunos vegetales de hojas verdes.
Como dato, el doctor Suárez cita a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la cual registra que en los países con economías emergentes, las proteínas aportan menos del 10% del consumo diario de energía, mientras que en los países ricos el porcentaje supera el 12%.
