Este próximo 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de Prevención de Suicidio, un problema que en tiempos de pandemia ha registrado un aumento de casos en México. Tan solo de marzo a julio de 2020, se lograron evitar 260 intentos durante la Jornada de Sana Distancia.
De acuerdo con especialistas de la UNAM, el panorama que vivimos en la actualidad crea conflictos entre las personas, al no tener herramientas que permitan hacer frente a su posición económica y trastornos emocionales, que se incrementan durante el encierro por Covid-19.
Además, aseguran que el confinamiento está provocando que resurjan padecimientos anteriores, o que son preexistentes como la ansiedad, estrés y depresión, que estimulan varias conductas, una de éstas es el suicidio.
En conferencia de prensa virtual, Bernardo Ng, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, explicó que varios factores están estrechamente ligados al suicidio, como problemas financieros, experiencias relacionadas con conflictos, desastres, violencia familiar y de género, abusos sexuales, rupturas de pareja, enfermedades crónicas y actualmente el estrés del aislamiento social a consecuencia de la emergencia sanitaria.
¿Qué población recurre más al suicidio?
Tan solo al día, se llegan a atender cinco personas con ideas o intento de suicidio a través del programa Confianza e Impulso Ciudadano que ofrece su servicios vía telefónica, dentro de un rango de horario que va de 9 a 18 horas, donde los jóvenes encabezan la lista.
Un rango de la población que también aparece dentro de las cifras del INEGI, institución que asegura, la tasa de suicidios en el país es de 5.1, por cada 100 mil habitantes, donde la población de 20 a 29 años, es la más vulnerables a este problema.
“Las tasas son más altas en la población joven de México y en otros países, porque se enfrentan a esa nueva fase de su vida de adultez- joven y están apenas madurando en la capacidad para enfrentar las nuevas exigencias”, explicó Bernardo Ng.
Asimismo aclaró que hay más intentos de suicidio en las mujeres, pero son más consumados por los hombres, un hecho que se provoca, al menos en este país, porque son renuentes a la asistencia de tratamiento o recibir ayuda.
Para resolver sus problemas recurren al uso de sustancias, sobre todo alcohol, y eso puede incidir a que avancen enfermedades como la depresión o trastornos bipolares, que sin tratamiento, surge la idea de suicidio.
“Ante cualquier cambio en el comportamiento típico o usual del adolescente es algo de llamar la atención, por eso recomiendo a los padres trabajar continuamente en mantener una comunicación abierta con sus hijos. Además es necesario buscar ayuda con un especialista en salud mental”, señaló.