
Nunca es tarde para darnos una buena oportunidad para tomarnos las cosas con calma con las tensiones entre nuestra madre y nosotros. Amor, rivalidad, complicidad y conflicto. La relación madre-hijo/a es un tema muy común en las consultas de terapia. No hay nada mejor que una pequeña aclaración sobre las claves que debes saber para que las interacciones con nuestros padres sean más fluidas.
8 consejos para tener una mejor relación con tu madre
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Pasa más tiempo con ella
Con la tecnología actual, realmente no tienes excusa. Puedes realizar actividades que te acerquen a ella como: cocinar, coser, caminar, ir al cine… Incluso en video algunas son realizables.
¿Por qué no planear un pequeño fin de semana juntos para encontrarse? También es una oportunidad para consentir a tu mamá con una sesión de spa, por ejemplo. Recuerda que lo realmente importante es que pasen momentos de calidad.
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La perfección no existe
Como cualquier relación, la dinámica madre-hijo no es perfecta y cambia con el tiempo. Los conflictos no son fracasos, sino pasos necesarios para entablar un diálogo que les permita vincularse. Tampoco se resuelven en cinco minutos y requieren tiempo y amabilidad. Es normal.
Por supuesto, hay excepciones en las que se llega al punto de no retorno. No todas las relaciones madre-hijo son restaurables y permanecerán en conflicto para siempre. No te culpes por esto.
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Conócete a ti mismo
¿Crees que conoces a tu madre del derecho al revés? ¿Estás tan seguro? Esto puede sorprenderte, pero siempre puedes descubrir nuevos aspectos de su personalidad dependiendo de una situación, un evento, una reunión, un lugar. Para ello, escucha atentamente a tu madre. Es posible que te sorprenda, en el buen sentido.
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Ser mamá no es tan fácil
Ser mamá no es pan comido, como dicen. Sobre todo cuando ven que el ser que llevaron en nuestro vientre se aleja de ellas. Entonces quieren a toda costa crear este “mini yo”, como una extensión de su persona sin percibir que el hijo es realmente diferente. Aceptar los defectos del otro puede calmar la relación.
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No pretendas interpretar los comentarios
Cuando te sientas atacado por las palabras, lo mejor es practicar un paso al costado usando el humor. Lo mejor sería preguntarle frontalmente: “¿qué quisiste decir?”. A veces hay interpretaciones y malentendidos, porque la relación madre-hijo es hipersensible.
Una mirada, una palabra o una actitud adquieren enormes proporciones cuando muchas veces se realizan de manera inconsciente. No se quiere, no es contra nosotros, es porque ella es así.
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Recuérdale que la amas
Nunca es tarde para decirle a tu mamá que la amas, ya sea con palabras o con gestos. Con tu apoyo, ella tendrá una actitud positiva. Cuando compartes tus sentimientos, te unes, quizás como nunca antes.
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Sé honesto
No hay nada mejor que la sinceridad para fortalecer el vínculo con tu madre. Crear una comunicación honesta que sirva de base para la confianza mutua.
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No culpes a tu madre
Justificar tu comportamiento porque tu mamá estaba haciendo lo mismo no es la respuesta. Lamento decírtelo, pero tú eres responsable de tus acciones. Un “mal patrón familiar” con tu madre puede tener repercusiones, por supuesto, pero no significa que necesariamente reproduzcas los mismos “errores” de tu madre. Todos somos diferentes.
¿La mejor combinación? La del amor y el diálogo. Los celos, la admiración, la culpa, el cariño, todas esas emociones son normales siempre que las cuantifiques razonablemente.
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