La Sala Principal del Palacio de Bellas Artes fue testigo del retiro de los escenarios de la primera bailarina Agustina Galizzi, quien durante 22 años formó parte de la agrupación de ballet más importante del país, la Compañía Nacional de Danza.
La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Lucina Jiménez López, entregó la Medalla Bellas Artes, al tiempo de felicitarla, le agradeció a Galizzi por su entrega, disciplina, pasión, capacidad de conmover y apropiarse de cada papel que interpretó.
“Esta siempre será tu casa, las puertas del Palacio de Bellas Artes siempre estarán abiertas para ti”, comentó la directora general del Inbal en una emotiva función de despedida, la cual incluyó una lluvia de pétalos, en el que sus colegas la llenaron de flores.
“No te vas de este escenario que es tu casa, ni tampoco te vas de la danza, porque la danza es vida. Y sé muy bien que esa pequeña niña encontró en la piel de su corazón, con emoción y con sentido desde muy temprana edad, que era una bailarina y lo has sido a lo largo de tu vida”.
“Nos has enseñado, a este Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, que las rutas se trazan con amor, con pasión, con entusiasmo, con decisión, con valentía, pero también con solidaridad. Nos has enseñado que el escenario es sagrado, que lo que se forma en las aulas y los salones no sólo es producción artística, no sólo es amistad, es compañerismo, es intercambio, es construcción colectiva y también es sabiduría, esa que nos has regalado durante todos estos años que has sido parte de esta Compañía”, añadió.
Enfatizó que ha llegado el momento de su sabia decisión, porque es un gesto de sabiduría saber escuchar el corazón y el cuerpo, y saber cuándo simplemente pasar a otra etapa de la vida, a otra etapa de desarrollo.
Asimismo, dijo “nos has hecho patente que los mejores países son aquellos que son capaces de abrazar la diversidad cultural, que son capaces de hermanarse desde lo más profundo: como lo es el arte; no importa qué rumbo tenga la política, no importa qué rumbo tenga la ideología, el arte siempre tendrá esa capacidad de hermanarse”.
En la Sala Principal, acompañada de la subdirectora general de Bellas Artes, Laura Ramírez Rasgado; del codirector artístico de la Compañía Nacional de Danza, Cuauhtémoc Nájera, así como de la coreógrafa emérita Nellie Happee, y la recién nombrada primera bailarina de la agrupación, Yoalli Sousa, la titular del Inbal entregó la más alta distinción del Instituto: la Medalla Bellas Artes, reconocimiento a Galizzi por haber puesto en distintas ocasiones el nombre de la CND en alto, además de todo el aporte dancístico que le brindó a México, a la Compañía Nacional de Danza y al instituto.
En tanto, Agustina Galizzi expresó: “no tengo palabras para decir lo que siento, sólo puedo decir gracias… infinitas gracias, porque no hay otra palabra, me han dado todo”.
Entre aplausos, se despide Agustina Galizzi
Con un Palacio de Bellas Artes repleto y un público de pie, aplaudiendo en todo momento, se despidió de los escenarios la primera bailarina con las obras Impermanente, pieza creada para ella por su compañera y ex bailarina de la agrupación, la coreógrafa Yazmín Barragán.
Y ¡Esquina bajan! de la cofundadora de la CND, la maestra Nellie Happee, puesta en escena con música popular de los años cuarenta y cincuenta que Galizzi escogió en agradecimiento a la compañía y a México, territorio que le abrió las puertas en el 2000 para desempeñar su profesión y hacer realidad sus sueños como intérprete.
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