Un perro es un ser leal y adorable, y es seguro que puede llegar a ser un gran amigo, pero todas estas maravillosas habilidades caninas no son suficientes para decidir si debes tener uno. Antes de adoptarlo hay varios aspectos que debes conocer bien para no dar el paso de forma irresponsable.
Estos animales necesitan de mucha atención y mucho amor, tu compromiso y el de tu pareja será fundamental. También tendrás que armarte de mucha paciencia, que en la mayoría de las veces y de buena gana podría ser duramente puesta a prueba por algún desastre en casa (pero te puedo asegurar que se irá compensando día tras día).
Además, de vez en cuando, puede que tenga que ir al veterinario para vacunas anuales, síntomas sospechosos o dolor en una patita. Todas estas actividades, además de consumir tiempo, también tienen un coste que en ocasiones puede ser considerable.
Tú y tu pareja deben tener en cuenta que el perro necesita espacio. Esto varía según el tamaño, pero si tienes un piso pequeño, no obligues a un perro grande o muy vivaz a vivir contigo.
Él te amaría y aun así se adaptaría a cualquier situación, pero piénsalo bien antes de reducir el espacio de tu casa. Tu amigo de cuatro patas, como tú, necesita un lugar donde pueda sentirse feliz y a gusto.
¿Por qué un perro es bueno para las parejas?
A pesar de lo desafiante que es, vivir con un perro también trae muchos beneficios. Son varias las investigaciones que subrayan cómo una mascota es capaz de mantener a raya el estrés, hacernos más responsables y hacernos sentir seguros.
Además, diversos estudios muestran cómo el animal promueve las relaciones sociales y funciona como un pegamento en los vínculos profundos, suscitando disponibilidad y confianza. Se ha descubierto que la presencia de un animal no sólo mejora la vida del individuo, sino que puede mejorar la relación de pareja.
Aquellas parejas que viven con perros tienen más probabilidades de estar satisfechas con su relación que aquellos que no tienen amigos de cuatro patas. En particular, los científicos han notado que las personas muestran niveles de estrés menos intensos en los conflictos.
Un estudio psicofisiológico realizado por la Universidad de Indiana ha demostrado cómo la influencia que puede tener un perro en la resolución de los conflictos de pareja es uno de los aspectos clave de los matrimonios felices.
Se descubrió que la presencia de un perro durante la cohabitación tiene un efecto “suavizador” en la dinámica familiar, reduciendo significativamente el alcance de las respuestas fisiológicas en ambos miembros de la pareja durante las peleas.
Desventajas de tener un perro viviendo juntos
Con frecuencia y de buena gana, el perro es un excelente compañero y ayuda en las relaciones mejorando el clima familiar, pero no siempre es así.
Hay casos (aunque más raros) en los que la presencia del animal puede crear un abismo en la pareja, ya que uno de los dos concentra toda su energía en satisfacer las necesidades del perro, dejando en un segundo plano a la pareja y sus necesidades.
Según una encuesta reciente, las parejas en las que se dan estas dinámicas llegan a pelearse dos mil veces durante el promedio de vida del animal. Así que si tú y tu pareja no están convencidos, o alguno de los dos se opone, lo recomendable es pensarlo bien antes de adoptar a un lomito.
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