Hoy vivimos en una sociedad de actuación inmediata y lamentablemente el esfuerzo no está muy de moda. El éxito parece tan fácil como fugaz. Aunque los adultos somos capaces de hacer la conexión entre un trabajo y lo que puede traer, los niños están más enfocados en el placer y la satisfacción inmediata.
¿Cuál es el punto del esfuerzo?
Por lo tanto, es importante en primer lugar enseñarles para qué sirve el esfuerzo ¿y qué mejor que mostrarles el placer que puede aportar el lograr superar un obstáculo por uno mismo? En el camino, será posible que gane confianza en sí mismo y adquiera más autonomía.
Encuentra la motivación adecuada
Muchas veces el esfuerzo es sinónimo de motivación. Y ahí es, a menudo, donde viene la dificultad, sobre todo porque cada niño es diferente, pero hay dos tipos de motivaciones que pueden aplicarse tanto a niños como a adultos.
- Motivación intrínseca: Tu hijo/a trabaja para sí mismo/a y disfruta haciendo lo que hace. Se divierte a la par que se esfuerza y su propia curiosidad le empuja a trabajar para conocer mejor su entorno.
- Motivación extrínseca: Trabajan porque no quieren ser castigados o quieren complacerte. Trabaja no porque le guste sino por otras razones externas.
Por supuesto, a todos nos mueve una mezcla de este tipo de motivaciones, según el caso, y es más fácil esforzarse cuando ya te apasiona lo que haces. Por lo tanto, es importante tener en cuenta los deseos de tu hijo.
¡Demuéstrale que trabajando en algo que ama es capaz de cruzar montañas! Le resultará más fácil comprender después la importancia de trabajar también para tareas que le pueden parecer menos agradables.
La confianza en sí mismo/misma
Para querer embarcarse en algo complicado, hay que tener una buena confianza en uno mismo. E incluso aparte de la noción de esfuerzo, para que tu hijo o hija florezca adecuadamente, es esencial que les animes regularmente. Estos son algunos consejos para aumentar la confianza en ellos:
- Muéstrale que es bueno en lo que hace.
- Evite usar la palabra “difícil”. De hecho, saber que tendrá que enfrentarse a dificultades puede desanimar.
- Recuérdale lo que ya ha logrado.
- Demuéstrale que confías en él o ella. Usa palabras positivas para que se sientan apoyados.
Aprende jugando
Por último, la mejor forma de hacer que tu hijo/a relacione el placer y el esfuerzo sigue siendo hacerlo jugar. Las actividades culturales y deportivas ya son una excelente manera de demostrar que el trabajo no es sinónimo de tortura. Puedes mostrar imaginación en la tarea haciendo minijuegos para ayudarle a entender.
Todavía existen multitud de soluciones para ayudarles a apreciar el sabor del esfuerzo. Cada pequeño es único y lo que puede funcionar para uno puede ser contraproducente para otro.
Escucha, apoya sus puntos de esfuerzo y trata de trasladar poco a poco su implicación a otras tareas que le gustan menos. ¡El hilo conductor es el placer! Si tu hijo disfruta lo que hace, estará más inclinado a aprender.
También te puede interesar:
Que la maternidad no sea un obstáculo para volver al trabajo; actualiza tu CV con estos datos
5 tipos de peinados fáciles para hacerle a tu pequeña