A inicios del siglo XX, como parte de un programa de obras arquitectónicas en la Ciudad de México, surgió la iniciativa de renovar el Teatro Nacional, el más importante en la vida artística y cultural del país, sin embargo, posteriormente se determinó demolerlo y en su lugar construir otro que fuera acorde con el crecimiento urbano de la capital.
Así comenzaron a realizarse estudios minuciosos, tanto por parte de autoridades como de su arquitecto, Adamo Boari, para decidir cuál sería su ubicación tras lo que se optó por colocar la nueva obra arquitectónica a un costado de la Alameda Central.
El arquitecto encargado de lo que entonces se llamaba el nuevo Teatro Nacional obtuvo influencia del Art Nouveau, estilo artístico en el que predominan las formas orgánicas para realizar el exterior del recinto y en 1904 comenzaron las obras, un año después de que el presidente Porfirio Díaz colocara la primera piedra.
#UnDiaComoHoy de 1934 se inauguró uno de los edificios más emblemáticos de la #CDMX, el Palacio de Bellas Artes, con la puesta en escena “La Verdad Sospechosa”. ¡Ven a visitarlo! pic.twitter.com/bS6ZNNT6mB
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La construcción de la estructura de acero se llevó a cabo sobre una plataforma flotante, y tras esto se recubrió con concreto y los muros exteriores se revistieron de mármol blanco mexicano, mientras que en los elementos ornamentales se utilizó mármol de Italia.
La fachada, además, tiene inspiración de elementos de las culturas prehispánicas, razón por la que se pueden observar cabezas de monos, coyotes, serpientes, un guerrero jaguar y un guerrero águila.
Otro elemento en el exterior que resalta es un tímpano elaborado por el escultor italiano Leonardo Bistolfi, el cual representa La Armonía, El beso y El juego del amor. Mientras que al interior se colocó un telón de cristal de aproximadamente 22 toneladas de peso realizado por la joyería Tiffany en Nueva York.
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Desde su inauguración se convirtió en el recinto cultural más emblemático de la cultura en México, al ser la casa de los grupos artísticos del INBAL, así como por recibir a grandes exponentes del arte y la cultura del mundo. pic.twitter.com/RapZuhaj6P— Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (@bellasartesinba) September 29, 2021
Estallido de la Revolución retrasa proyecto
En 1912, el proyecto comenzó a presentar hundimientos importantes, además de que suscitaron problemas presupuestales, técnicos y con el estallido de la Revolución su creación se vio detenida definitivamente en 1916, luego de que Adamo Boari dejó el país.
Entre 1917 y 1929 se cree que el edificio estuvo en el abandono, aunque hay pruebas de que en realidad sí se uso para algunos eventos. En 1919 se intentó recuperar el proyecto, pero no ocurrió, al igual que durante la presidencia de Pascual Ortiz.
Tiempo después, el arquitecto Federico Mariscal retomó la construcción, pero en esta etapa le dio un estilo Art deco al interior, el cual estaba caracterizado por la sobriedad y la sencillez, finalmente, aunque en un principio se preveía terminan el Palacio de Bellas Artes en cuatro años, este se culminó en 30.
El 10 de marzo de 1934 la etapa final del proyecto a cargo de Mariscal terminó, y fue el 29 de septiembre de 1934 cuando el lugar abrió sus puertas, convirtiéndose en un lugar de conciertos, interpretaciones, danza y puestas en escena.
Con información de INBA y Secretaría de Cultura
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