La zona residencial en California donde viven ahora el príncipe Harry y Meghan Markle podrá ser muy exclusiva, sin embargo, eso no evita que el ambiente huela a marihuana ni que los residentes comiencen a verse afectados por ello.
De acuerdo con The Sun, la mansión de los duques de Sussex, ubicada en Montecito, Santa Bárbara, se encuentra muy cerca de una fábrica legal de marihuana, la cual huele severamente por toda la lujosa área.
Ante la situación, los vecinos han presentado una serie de quejas, lo que ha provocado que los dueños de la fábrica, que cuenta con 20 grandes invernaderos llenos de cannabis sativa, instalen nuevos “sistemas de control de olores”.
“Esto es una buena noticia para nosotros, y para Harry y Meghan. El olor era cada vez más fuerte y se dirigía hacia ellos. Iba conduciendo por la autopista y el olor me afectó mucho. Tuve que detenerme. Me hizo perder completamente el hilo de mis pensamientos. Mucha gente aquí está sufriendo”, le aseguró a Sunday Mirror un habitante de la zona, Gregory Gandrud.
Tanto la Coalición de Cannabis Responsable de Santa Bárbara como la Asociación de Productores Responsables de Cannabis han prometido ya un “nuevo proceso ampliado de respuesta a los olores” en la zona residencial.
“El cultivo de cannabis cerca de aquí se legalizó en 2016 y muchos cultivadores se subieron al tren”, detalló al medio otro vecino, Richard Mineards.
Por el momento se desconoce cuál es el sentir de Markle y el príncipe Harry ante la situación. Ellos viven en su lujosa mansión con su hijo Archie y la recién llegada Lilibet, así como con un gran número de animales, incluyendo varias gallinas.
Hace un tiempo, el príncipe Harry admitió haber fumado marihuana cuando era un adolescente, por lo que el príncipe Carlos, su papá, lo envió a una clínica de rehabilitación de drogas durante un día (a los 17 años).
Markle, por su parte, les dio a los invitados a su primera boda un porro. La fiesta se realizó en 2011 en Jamaica, donde el consumo de marihuana es legal.
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