El amor es un arma de doble filo, cuando nos encontramos felices solemos decirle amor, pero cuando éste nos ha provocado algún dolor es nombrado “desamor”. Esta oscura etapa suele estar llena de confusión, temores, inseguridades y sobre todo, de tristeza que nos hace preguntarnos cómo es que estando en la cima terminamos desolados y sintiéndonos vacíos.
Cabe destacar que las emociones anteriormente mencionadas son ocasionadas por nuestra mente, ya que el hecho de tener un corazón roto no nos hace menos valiosas. El amor es todo un misterio, tan es así que en Grecia, en la época de Sócrates, cada tipo de amor tenía su propio nombre.
Psicológicamente, existen cinco tipos de desamor, y que no solamente abarcan las relaciones de pareja sino también las de amistad y estos están asociados a situaciones sociales comunes.
5 tipos de desamor
- El primer des-amor
El primer amor no se olvida, pero tampoco el dolor que causó cuando terminó. Todos hemos vivido esta historia, en la que todo es color de rosa y los juramentos de amor eterno son el pan de cada día. Sin embargo, siendo realistas, pocos son los afortunados que llevan esa relación al éxito, mientras tanto, los más mortales nos toca limpiar nuestras propias lágrimas.
Mezclado con un poco de drama (por las referencias de películas o series) el desamor que se experimenta es intenso, tanto que muchas veces crees que podrías morir de tanto dolor que se siente. Claro que se sobrevive a este infortunio, pero como adolescentes, parece el fin del mundo y posiblemente te hayas prometido a no volver a amar de la misma manera.
- Tu alma gemela
Después del primer amor y tras la recuperación del primer rompimiento, te das cuenta de que las cosas no son tan malas cómo parecían: comienzas a salir, conocer gente nueva, a forjar tu personalidad y estás en el camino de conocer quién realmente eres. Cuando tienes esa madurez, eres capaz de ser más selectiva en tus relaciones.
Es aquí donde puedes conocer a tu alma gemela, con quien encajas en todo, piensan en casi lo mismo, aprenden a completar sus frases. Hay altibajos y saben resolverlos, pero la historia no está destinada a terminar con un final feliz juntos. Sin duda, es uno de los dolores más fuertes que alguien podría experimentar, sobre todo porque sabes que pocas personas congenian tan bien contigo. Volver a empezar te aterra, pero ya lo has hecho en pasado y esta vez no será la excepción.
- El que no quería nada serio
Todas hemos encontrado a nuestro chico ideal, tanto en forma de ser como físicamente. La otra persona muestra su mejor cara y claro que te aventuras a vivir la experiencia, pero esto traerá grandes problemas. Muchas veces, este tipo de relaciones comienzan con un pacto en conjunto, es decir: nada serio, todo casual y sin ataduras.
Lamentablemente, como lo hemos visto en muchas ocasiones, siempre hay alguna persona que no cumple con lo acordado y al notar que la otra parte no pretende “oficializar” la relación, terminas lastimada y con un grado de inseguridad enorme.
- El del amigo que ves a diario
No hay nada más frustrante que un amor que tengas que esconder, especialmente cuando esos sentimientos están dirigidos a uno de tus mejores amigos/amigas. Una de las primeras cosas que te detienen es porque no quieres destruir la amistad, y en caso de ser correspondidos, soportar la idea de que si llega a terminar, todo sea un caos, pero antes de estos dos escenarios, hay que pensar que posiblemente tu amigo o amiga te ven como eso, como amigos.
- Romper con tu mejor amigo/amiga
La mayoría de nosotros estamos preparados para que alguna relación de pareja llegue a su fin, pero pocas veces nos llegamos a plantear la idea de que una amistad acabe porque éstas tienen que ser por el resto de nuestras vidas. No obstante, hay veces que las formas de pensar, diferencias o discusiones nos alejan de quienes siempre fuimos unidos, pasando por un duelo similar que cuando pones fin a tu relación de pareja.
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