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Autoempleo: ¿qué es y cómo puedo iniciar a ser autónoma?

Un autónomo es una persona física que realiza una actividad económica por cuenta propia.

Mujer en autoempleo
Foto: Pexels

Una persona autónoma no tiene jefe, por tanto, funciona de forma libre, independiente, con total autonomía y es polivalente. El autoempleo hace que la persona sea jefa de su propia empresa, vendedor, gestor de clientes y en ocasiones incluso contador, abogado, desarrollador, diseñador gráfico… dentro de los límites de sus competencias. Lo que no puede hacer, lo delega en otros, lo que, sin embargo constituye un cierto costo.

Para ejercer el autoempleo, se puede iniciar como microempresario (ex condición jurídica de auto empresario), empresario individual o crear una empresa de la que sea socio único, también conocido como Sociedad Limitada Unipersonal (SLU) o Sociedad Anónima Unipersonal (SAU).

Si su actividad es comercial, entonces debe estar inscrito en el Registro Público de Comercio (RPC). Si su actividad es artesanal, el autónomo debe estar registrado en el directorio de oficios. Él puede volverse independiente instalándose por su cuenta, combinando una profesión asalariada con una actividad de autónomo.

También puede convertirse en un empleado con apoyo y, por lo tanto, ser independiente con sus propios clientes y ser remunerado por una empresa de porteadores que debe pagarle un mínimo legal.

¿Qué quiere decir autoempleo?

Un trabajador autónomo no tiene relación de subordinación (de lo contrario se le considera un asalariado). De este modo, gestiona a sus propios clientes en los momentos y al ritmo que desea. Esta independencia le permite ser libre en sus elecciones y en su trabajo, pero requiere autodisciplina y versatilidad para tener éxito. Tiene que saber sondear a los clientes, satisfacerlos, encontrar nuevos cuando finalizan las asignaciones, administrar facturas, contabilidad, contratos y asegurar el contacto con los clientes.

Los trabajadores independientes se pueden encontrar en una variedad de ocupaciones, muchas de las cuales han surgido del reciente auge del sector tecnológico. En la actividad comercial, los autónomos deben estar inscritos en el Registro Mercantil, definiendo el tipo de sociedad mercantil que más le convenga a tu negocio.

Sociedad Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL)

El autónomo puede crear una estructura EIRL para proteger sus bienes personales en caso de quiebra; elige su régimen fiscal: impuesto sobre la renta o impuesto de sociedades y está sujeto al IVA. A diferencia del empresario de automóviles, EIRL debe publicar sus cuentas cada año en el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Crear empresa

El autoempleado puede constituir una empresa. En este caso, es responsable dentro del límite estricto del monto de su capital. Tiene a su disposición varios tipos de estatus legal:

  • Sociedad Limitada Unipersonal (SLU): esta forma legal se recomienda si el autónomo no planea incorporar a otros socios o desarrollar otras estructuras. De hecho, el régimen fiscal del administrador autónomo es ventajoso pero los estatutos de la LLC (SLU con varios socios) ofrecen menos margen de maniobra para definir los roles, derechos y deberes de los socios hacia la empresa y entre ellos.
  • Sociedad Anónima Unipersonal (SAU): es una forma de sociedad reconocida por la ley que reúne unas características especiales. La primera, el que la propiedad recae en un único socio. Este tipo de sociedad es una empresa de carácter mercantilista, cualquiera que sea su objeto y dispone de un único socio. Bien porque así se decidió desde el principio, bien porque el resto de los socios han abandonado la sociedad.

Oficios en los que se encuentran trabajadores autónomos

Los trabajadores autónomos se pueden encontrar en varios oficios: formación, consultoría, periodismo (autónomos), informática (desarrolladores, diseñadores web, etc.). Desde la llegada de la web 2.0 y el boom del sector tecnológico, han aparecido nuevas profesiones que se ejercen de forma autónoma: community manager, web marketing o SEO.

Beneficios del autoempleo

El autoempleo no está sujeto a ninguna relación de subordinación. Así elige sus horarios, se organiza a su conveniencia y es autónomo. Puede trabajar durante largos períodos a un ritmo muy intenso y luego calmarse y decidir tomarse un tiempo para sí mismo sin que nadie pueda culparlo.

El trabajador autónomo es ante todo polivalente. Desempeña los roles de gerente comercial, vendedor, gerente de clientes, a veces incluso abogado, contador, diseñador y comercializador web. Puede recurrir a proveedores de servicios externos, como un abogado para redactar los contratos, un contador público para redactar sus estados financieros, o incluso un desarrollador y un diseñador gráfico para su sitio.

El autónomo asegura así un máximo de tareas relacionadas con el fin de reducir sus costes y delega lo que no controla en otros. Salir de la rutina, los trámites, el recuento de horas de trabajo: el autoempleador es el único dueño de sus decisiones.

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