Estamos a tan solo unos días del estreno de El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo, cinta que verá de nuevo a Ed y Lorraine Warren luchando contra las fuerzas demoniacas. Pero, ¿cuál es la historia real que inspiró la trama de esta esperada cinta?
Al igual que las dos cintas anteriores, El Conjuro 3 se basa en un hecho de la vida real: el juicio de Arne Cheyenne Johnson, también conocido como el caso “El Diablo me obligó a hacerlo”, que tuvo lugar en 1981.
El juicio de Johnson fue el primer caso judicial conocido en Estados Unidos en el que la defensa intentó demostrar la inocencia de su cliente basándose en la afirmación de que este había estado bajo la influencia del Diablo al momento de cometer su crimen.
¿Cómo comenzó todo?
El equipo de defensa de Johnson, encabezado por el abogado Martin Minella, aseguró en el juicio que todo comenzó con David Glatzel, el hermano de 11 años de Debbie Glatzel, la prometida de Arne.
Debbie y su madre, Judy, estaban preocupadas por David, quien pateaba, maldecía, experimentaba estrangulamientos por manos invisibles y, supuestamente, veía a un hombre “de grandes ojos negros, rostro delgado con rasgos animales y dientes afilados, cuernos y cascos”.
Ellas llamaron a sacerdotes católicos romanos y a los Warren en un intento para ayudar al pequeño. Tras entrevistarlo, investigadores paranormales quedaron convencidos de que David estaba poseído por “43 demonios”, así que le realizaron “exorcismos menores”.
Durante los exorcismos, el pequeño David, además de levitar, maldecir y dejar de respirar, predijo el asesinato que Johnson, quien se burló y retó al demonio a entrar en él, cometería después.
En la serie A Haunting se afirma que pocos días después del exorcismo, Johnson fue atacado por el demonio que “tomó posesión de su auto y lo empujó hacia un árbol”. Él resultó ileso, pero pronto comenzó a comportarse de manera extraña.
Un asesinato presagiado
Incapaces de manejar la situación, Debbie y Arne, que seguía extraño, se mudaron a un departamento al lado del Brookfield Pet Motel, donde ella comenzó a trabajar para el propietario Alan Bono, quien comenzó una relación cordial con ambos.
El 16 de febrero de 1981 no fue extraordinario. Bono llevó a Debbie, su prima Mary (9 años), Arne y sus hermanas (Wanda de 15 años y Janice de 13 años) a almorzar. El casero bebió hasta estar agitado y borracho.
En su mal estado, Bono tomó a Mary y no la soltó, así que Arne le ordenó que la dejara en paz. Mientras la niña corría hacia el auto, Johnson “gruñó como un animal”, sacó su cuchillo y apuñaló a su casero una y otra vez.
¿Condenaron a Johnson?
Aunque Lorraine Warren le aseguró a la policía que sentía que Johnson estaba poseído al momento de asesinar a Bono, y la defensa usó ese argumento durante el juicio en todo momento, Arne fue declarado culpable de homicidio involuntario y pasó cinco años en la cárcel.
Todavía no se sabe qué tan precisos sean los hechos del caso que serán retratados en El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo, pero la historia, al menos en los tráilers, pinta bastante interesante.
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