El tamaño del contenedor es muy importante. Una maceta pequeña evita que la planta se desarrolle bien. Si el recipiente es demasiado grande, las raíces se moverán hacia las paredes de la maceta, lo que parece ralentizar el crecimiento de la planta.
Las raíces también pueden asfixiarse en el centro del terrón de tierra. Varias plantas, como el geranio de jardín (Pelargonium), producen hojas a expensas de las flores en una maceta demasiado grande.
Obtén mejores resultados de cultivo trasplantando la planta a medida que crece, si es necesario moverla. Cuando se trata de plantas de interior, la primavera es un buen momento para hacer este cambio de macetas, ya que por lo general, el crecimiento se reanuda en esta temporada del año.
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¿Cómo saber si mi planta necesita ser trasplantada?
Aquí hay algunas pistas que pueden guiarte sobre si es necesario trasplantar una planta a una maceta con un diámetro mayor:
- La planta se marchita con demasiada frecuencia o demasiado rápido entre dos riegos, una señal de que sus raíces están apretadas.
- La planta se vuelve delgada.
- Las raíces salen abundantemente de la maceta.
- La maceta está rota o agrietada.
¿Cómo elegir las macetas adecuadas?
Ciertas nociones culturales y estéticas pueden guiarte en la compra de un contenedor para tus plantas de interior o exterior, aquí tienes algunos consejos de acuerdo con estos diferentes criterios.
- En general
Elige siempre tus macetas de acuerdo con las necesidades de crecimiento de las plantas que deseas plantar en ellas y verifica que haya orificios de drenaje debajo del contenedor.
- La materia
Los diferentes materiales utilizados en la fabricación de los envases tienen todos ventajas y desventajas:
Terracota: El suelo se seca 3 veces más rápido que en una maceta de plástico. Esto significa que a las plantas que crecen en suelo seco, como cactus y suculentas, les va muy bien allí. Además, el exceso de agua se evapora fácilmente allí a través de las paredes porosas, lo que facilita la aireación de las raíces.
Como las plantas cultivadas en este tipo de macetas requieren un riego más frecuente, el medio de cultivo se lixivia, lo que requiere una mayor fertilización. Finalmente, debido a su pesadez, estos contenedores tienen una buena estabilidad.
Plástico: Es ideal para una planta a la que le gusta un ambiente húmedo. Las macetas hechas de este material son livianas y se almacenan bien. Como estas macetas retienen agua, debes tener cuidado con el riego si la planta requiere un suelo seco o ligeramente húmedo. Hoy en día, las macetas de plástico hacen un buen trabajo imitando las macetas de barro, pero con más estética. Finalmente, su color y consistencia pueden degradarse con la luz.
Cerámica: Es un material que ofrece una buena gama de colores. Como estos recipientes no absorben agua, se debe tener cuidado con el riego. Una tierra para macetas que facilite el drenaje puede remediar parcialmente la situación.
Madera: Tiene un aspecto natural que combina bien con su entorno. Las raíces de las plantas gozan de un buen aislamiento térmico en este tipo de contenedor. Es necesario utilizar una madera resistente a la intemperie, porque determinadas especies se degradan rápidamente por el riego.
Metal: OJO: el sol calienta fuertemente este material, lo que puede sobrecalentar la planta. Puede proteger el recipiente del sol colocándolo en la parte trasera de un recipiente más grande.
Consejos para usar las macetas
- Si son nuevas o están demasiado secas, sumerge las macetas de terracota en agua aproximadamente ½ hora antes de plantar. Entonces absorbe agua para evitar que la planta se seque demasiado rápido después del primer riego.
- Coloca platos debajo los recipientes para recibir el desbordamiento de la lluvia o el riego.
- Mantente atenta al exceso de agua en los platillos para evitar la pudrición de la raíz. Las plantas generalmente no toleran estar “en el agua” por mucho tiempo.
- Lava los envases reutilizados con un cepillo. En una solución de agua con un chorrito de cloro: una cucharada de cloro por un litro de agua, o también puedes solamente hacerlo con agua y jabón.
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