El machismo y la misoginia, sostenidos por el sistema patriarcal, permean diversas áreas de la sociedad, su estructura y cultura, incluidos los medios de comunicación.
Los medios de comunicación tienen la función de informar, sin embargo es claro que también influyen en la posición sobre determinados temas de los espectadores o lectores.
De acuerdo con un reporte del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) estos canales funcionan como un mediador entre los hechos y lo que se dice sobre ellos, por lo que contribuyen a formar la imagen que se tiene sobre el mundo.
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— ViBE TV (@ViBETVmx) May 3, 2021
Además, brindan modelos, normalizan ciertas pautas de comportamiento, arraigan estereotipos en los consumidores y brindan estatus a personas o instituciones.
Su labor dentro de la sociedad es clara, relevante, visible y, sobre todo, influyente, por lo que el hecho de que sean agentes que fomentan y reproducen la violencia de género contra las mujeres resulta alarmante.
Algunos ejemplos en los que se puede observar esta tendencia, que si bien no es adaptada por la totalidad de medios de comunicación que existen, si tiene una presencia importante, son los siguientes:
Presencia de las mujeres dentro de los medios de comunicación
El primer modo en el que se excluye a las mujeres de este ámbito es ante la poca presencia que tienen dentro de ellos, lo que dificulta la tan necesaria labor de darle voz a este sector.
De acuerdo con el el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP, por sus siglas en inglés), en 2020 las mujeres como fuente de información en los medios de comunicación en México tuvieron una presencia del 25%, lo que representa un 2% menos que en 2015.
Según los resultados preliminares, en el país solo el 2% de la información incluyo a personas identificadas como indígenas y de este porcentaje solo 3 de cada 10 fueron mujeres.
Por ello los medios digitales se han vuelto una excelente herramienta para que las mujeres tomen los espacios de manera independiente y muestren las noticias con una perspectiva distinta, exponiendo sus problemas y necesidades.
Enfoque de la información
Aunque el número de reporteras en 2020 que publicaron en medios fue mayor, al pasar en 2015 de 29% de notas firmadas por mujeres a 36%, esto no significa necesariamente que el enfoque del contenido se haya modificado, pues, como es bien sabido, los medios suelen tener líneas específicas en las que la perspectiva de género no está incluida.
Manifestaciones feministas
Un claro ejemplo del machismo en los medios de comunicación es el que se da cuando ocurre alguna movilización de mujeres y durante esta se práctica la iconoclastia.
Las notas en estos casos, en lugar de centrarse en la lucha de las mujeres, en las cifras de la violencia contra el sector o en la labor que hacen al exigir sus derechos, se enfocan en las pintas a monumentos.
Violencia contra las mujeres
En mayor o menor medida, cuando ocurre un feminicidio, a través de las mismas notas los medios de comunicación dotan de culpa a la víctima con titulares en los que se menciona el modo en el que iban vestidas, la hora que era cuando ocurrieron los hechos o si estaban en estado de ebriedad.
En televisión recientemente se ha observado cómo se cuestiona a las victimas de violencia sexual, e incluso se entrevista a quienes son señalados como agresores intentando excusar sus acciones u ocultarlas.
Sexualización de la mujer
Notas de actrices, modelos, cantantes o cualquier figura femenina en las que se resaltan sus cuerpos, cosificándolas y reproduciendo estereotipos sobre lo socialmente aceptado sobre cómo se debería ver una mujer o dando cabida a la pornografía, son comunes en los medios.
En los medios impresos, como los periódicos, se ha vuelto “normal” ver fotografías de mujeres semidesnudas con titulares que vulneran la figura de la mujer y la reducen a un producto de la industria pornográfica.
Reproducción de estereotipos y roles de género
Los medios de comunicación de manera repetitiva difunden patrones y modelos sobre lo que el sistema patriarcal impuso que es propio de las mujeres y lo que lo es de los hombres.
“Es en este marco que se sigue definiendo al hombre por su situación profesional, asociada al ámbito público; mientras que casi siempre la mujer se presenta solamente vinculada a su situación familiar, correspondiente al ámbito privado y doméstico”, sentencia el Inmujeres.
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