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Del derecho al voto a la Ley Olimpia: un siglo de luchas conquistadas

La primera vez que una mexicana acudió a las urnas a votar en una elección federal fue hasta julio de 1955.

Memorial contra la violencia de género en México
Foto: EFE

A lo largo de la historia, las mujeres han conquistado derechos que se les han negado solo por su género, entre ellos el del acceso al voto, a la educación, al empleo, a la decisión de divorciarse, sobre sus bienes; derechos sexuales y reproductivos y la lista sigue. Todos ellos alcanzados a base de lucha y esfuerzo, acciones que se siguen poniendo en práctica en las múltiples manifestaciones alrededor del mundo.

Fue en 1953 cuando se reformó la constitución para permitir que las mexicanas votaran; el 3 de julio de 1955, las mujeres del país acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto en una elección federal, y hasta 1958 ejercieron su derecho para elegir al presidente de la República.

Fue así como México fue uno de los últimos países de la región en otorgar este derecho a las pobladoras, mientras que Ecuador, según datos de National Geographic, fue el primero, en 1929. Como se puede notar, con muchos años de diferencia, muchos más si se compara con Nueva Zelanda, en donde este logro se alcanzó en 1916.

Históricamente la mujer persiguió el derecho al voto, pues consideraron que era el primer paso para poder acceder a otros derechos civiles como el derecho a tener propiedad, a poder tener una cuenta corriente y ser dueñas de si mismas y de sus bienes.

En el país, de acuerdo con información del libro La Revolución de las mujeres en México, del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, la lucha por el sufragio comenzó muchos años antes del primer voto emitido por una mujer, pues contrario a lo que se señala en los libros de historia, la mexicana nunca fue solo una espectadora de los procesos de México.

La lucha feminista en México

En 1916 se creó el Primer Congreso Feminista, en Yucatán, en donde se fijaron las bases de los derechos que la mujer perseguiría conseguir durante las siguientes décadas, entre ellos el de acceder al voto, y también a poder ser votada.

Pero la visualización y materialización de la necesidad se remonta años antes, en los inicios de la vida independiente, cuando, como parte de los antecedentes de los movimientos sufragistas, mujeres zacatecanas enviaron una carta al Congreso Constituyente de 1824 exigiendo participar en la toma de decisiones.

Desde entonces inició una batalla que buscaba ser combatida con señalamientos como que las mujeres eran el sexo débil, por lo que no tenían la capacidad para ejercer el voto. También se apoyaron de la cultura patriarcal que asegura que es el hombre el que manda y la mujer obedece.

En contra de todo el contexto político y social instaurado, nacieron revistas feministas, la primera de ellas fue Violetas del Anáhuac, fundada por Laureana Wright González. Esta publicación se unió a la lucha con textos que proclamaban el derecho de las mujeres al voto y a ser elegidas en la vida política.

Luchas pendientes

Aunque finalmente, luego de múltiples rechazos, de la creación de grupos, organizaciones y colectivos que salieron y se proclamaron tantas veces para conseguir el voto, este se alcanzó, la realidad es que la mujer mexicana aún tiene un largo camino que recorrer.

Es relevante recordar que otras metas se han alcanzado a más de un siglo de ese primer acercamiento a conseguir el voto, sobre todo por iniciativas de mujeres en pie de lucha, por ejemplo, la aprobación de leyes como: La Ley Olimpia, La Ley Ingrid, la creación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la despenalización de aborto en la Ciudad de México y Oaxaca, y el principio constitucional de la paridad de género.

Aunque también es importante resaltar que pese a que esas leyes ya estén proclamadas, el camino no termina ahí, pues se tienen que hacer valer, se tiene que elevar a ley federal la despenalización del aborto,  y existen en la agenda feminista múltiples políticas públicas que se deben reconocer, impulsar y aprobar en favor de la reivindicación de los derechos de las mujeres.

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